-A quiere a B,
que a su vez dice querer a A, siempre que, no obstante, éste le especifique con
claridad qué significa dicho verbo. A responde que es algo emocional, un
sentimiento inexplicable que solo quien lo tiene, puede comprender. B le
responde que siendo así, siente lo mismo. A, no obstante, quiere saber algo más
y objeta que en ese caso, alegrándose, quisiera saber lo que B incluye en tal
sentimiento, a lo que éste remite a lo expuesto más arriba, es decir a que sea
A quien lo haga en primer lugar. Visto lo cual, ambos se ponen de acuerdo en lo
expresado de primeras, aunque ambos se quedan con dudas, y no tienen la certeza
de haberse comunicado algo con un contenido más que estrictamente poético (por
decir algo), que les deja a los dos medianamente satisfechos.
-A quiere a B,
pero le hace de inmediato saber, que también quiere a otras personas, aunque
sea con matices diferentes. B le contesta que su caso es prácticamente similar,
pero precisa que sus sentimientos hacia otras personas no tienen otros matices,
sino otra cualidad, algo que intriga a A, que quiere saber de qué se trata. B,
no obstante, cree que es A quien debe precisar en primer lugar el significado
de “matices”, pues el diccionario de la R.A.E. le otorga varias acepciones. A y
B, al cabo de un rato se ponen de acuerdo en que quizás las palabras que les
intrigan vienen a ser lo mismo, y optan por callarse sin preguntar nada más.
-A y B se
quieren, tal cosa para ambos resulta evidente cuando empiezan a conversar.
Ninguno de los dos necesita saber más, pues tienen claro lo que tal cosa
significa. A continuación, sin embargo, comienzan a tener dudas de estar
hablando de lo mismo, pues A reprocha a B no haberle atendido como era preciso
días atrás, cuando se sintió verdaderamente mal. B objeta que no consideraba
que tal hecho supusiera una merma de sus sentimientos, pues tratándose de algo
leve, no consideró que era necesaria su intervención, que dejaba para momentos
verdaderamente significativos. A disiente y muestra su desacuerdo, a lo que B
responde que no hace mucho le sucedió lo mismo, aunque se calló. Al terminar, A
y B no están seguros de quererse.
-A quiere a B, C
y D, y B quiere a A, E y F. A y B, por lo tanto, se quieren, aunque su amor sea
compartido por C, D, E y F. Ambos aceptan la situación pero pretenden saber
cual es la diferencia con los otros elementos incluidos en el sentimiento
amatorio. A A y B les cuesta hacer
distinciones, o pueden hacerlas, pero consideran que, después de todo, eso no
es importante, pues permanece el hecho de amarse. A y B, no obstante, cuando
están solo tratan de averiguar las características por las que son amados,
incapaces de aceptar el hecho de saberse compartidos, y dispuestos, si es
preciso a adquirir las cualidades de C y D, por un lado y de E y F, por otro,
para ser amados plenamente.
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