Todo podría suceder de la siguiente manera. O de
otra, puestos a hacer un análisis somero pero versátil de la que se nos viene
encima..
Enciendes la luz, te levantas y caminas con una voluptuosidad que más que
sugerir el amanecer, recuerda a los años en los que fuiste la incontestable
reina de las pasarelas.
Me miras de tal manera que provocas en el sistema
límbico de mi cerebro reacciones contradictorias, pues si en principio
estimulas mis impulsos libidinosos, poco después moderas mis expectativas y
desecas mis fluidos.
Sus manos al escribir me sugieren dos mariposas
revoloteando sobre una hoja de papel. Por qué dos, me pregunto, si solo una
escribe. Eso quizás nunca llegue a saberlo. Pudiera ser una consecuencia de tu
nombre y apellidos, Ramón González Tablas, si no recuerdo mal, o quizás se
trata de un piano. Nunca anduve muy bien de la vista.
El tren siempre suscitó en mí reacciones muy
primarias, prácticamente elementales. Es verlo venir colina abajo, pongo por
caso, y echarme a llorar desconsoladamente o no poder controlar una risa
histérica. Siendo sincero, creo que en el fondo solo se trata de la locomotora.
Lo demás, vagones incluidos, es contingente.
Virgen Santa era una expresión habitual de mi
padre cuando muy de mañana levantaba la persiana y la luz entraba a raudales en
su dormitorio los días despejados. Los días nublados, sin embargo, no quería ni
verlos y regresaba a la cama de inmediato farfullando palabras sin sentido,
entre las que destacaba “bombilla”. Eso al menos me contó mi madre, que en paz
descanse.
Se incorpora en el lecho y dispone los almohadones
de tal manera que a continuación leer sería lo más plausible, pero se trataba
de un hombre que no apreciaba en absoluto las historias ni la poesía; del
ensayo ni hablo. Le bastaba solo con el teatro previo sabiendo que al menos su
disposición agradaba a su esposa, presidenta de la RAE, a la que pronto miraba
buscando un gesto de aprobación.
Mañana por fin comeremos juntos. Será maravilloso
saberse recorrido por los alimentos que hace solo unos instantes formaban parte
de un mismo conjunto en el recipiente adecuado, digamos una olla, un cazo o una
sartén. Será la forma más plausible para incrementar nuestra mutua empatía y
quien sabe si un amor a primera vista.
La perientoriedad de su deseo adelantó las
consecuencias a las causas. El empleo adecuado de la herramienta, pongo por
caso.
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