Además de lo dicho hay quienes manifiestan haber
sido testigos de otra cualidad de este hombre que solo se manifiesta durante
los meses de verano, cuando la chicharrera se acerca a los cuarenta grados. Al
parecer, al igual que sucede cuando se transmuta en fuego, Eulogio se convierte
en una bella fuente que nada tiene que envidiar a las de los jardines del
Versailles o del palacio de La Granja de san Ildefonso, y durante un pequeño
trayecto riega el paseo, los parterres y los macizos de plantas del bulevar de
una agua fresquísima que causa el alborozo de los jardineros a la mañana
siguiente al haberles adelantado el trabajote forma desinteresada. Los más
fantasiosos llegan a asegurar que en raras ocasiones este hacedor de maravillas
alterna ambas conversiones y se organizan durante breves períodos de tiempo, ya
de anochecida, un auténtico festival de luz y sonido, aunque en mi opinión
estas no son sino exageraciones, pues ya se sabe que los seres humanos puestos
a fantasear carecen de límites.
En cualquier caso, el ayuntamiento en una
junta extraordinaria ha decidido organizar una comisión para realizar un
seguimiento exhaustivo de las actividades de Eulogio, pues se estima que si
públicamente es capaz de originar tales maravillas, nunca se sabe lo que en
privado y en la intimidad podría llegar a hacer con sus allegados y seres
queridos. Algunos concejales ya han propuesto que se vaya pensando en nombrarle
“hijo ilustre de la ciudad”, pues de seguir de tal modo, es posible que su actuación
provoque un crecimiento exponencial del turismo en la ciudad y en la región. Y
quien sabe si en toda la península ibérica. No se descarta tampoco que
espoleado por tal nombramiento, Eulogio dé rienda suelta a la fantasía que aún
guarda reprimida en su interior y convierta el lugar en un parque de
atracciones parecido al de Walt Disney o cualquier otro prestigioso, con lo
cual la dicha sería completa. Seguiremos con atención el desarrollo de los
acontecimientos e informando.
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