RAJUÁ. -No me
gusta empezar de esta manera, pues estoy seguro que todos los españoles que nos
ven y escuchan esta noche, lo único que
desean es que les hablemos con claridad, y no, de entrada, como usted hace Sr. PATERO, tratando de introducir elementos de
disensión en nuestro diálogo.
PATERO. -Le
recuerdo, Sr. PATUÁ, que es usted el que ha comenzado tratando de forzarme a
expresar algo que yo haría muy gustoso si nosupiese que encierra una trampa: llevarme a su terreno e impartirme clases de
patriotismo. Se puede ser muy español. y no por eso tener que actuar de una
manera que, a mi modo de ver es redundante. ¿por cierto, me ve usted a mí con
cara de, digamos con todos los respetos, chino?¿Acaso considera que mi forma de
actuar y de interesarme por cuanto nos rodea en nuestro país es mas bien propia
de un letón?…si es así. dígamelo, por favor, porque tendremos mucho adelantado.
Sinceramente Sr. RAJUÁ…¿me considera usted español de verdad?
RAJUÁ. -Amigo
mío, ser español no es solo una cuestión de semántica. Ser español es algo que
se siente, que no necesita de definiciones ni de miradas al mapa. Ser español
es una forma de estar en el mundo, de la misma manera que lo es ser francés, inglés
ó alemán. Es aceptar nuestro pasado y de él sacar una síntesis que nos
identifica y diferencia. Ser español es sentir nuestra lengua hacedora de naciones,
y que hoy hablan más de cuatrocientos millones de personas en el planeta…
PATERO. -. . O
sea , volvemos a lo de siempre, el centralismo castellano como vertebrador de
nuestro país. Es decir, quien hable preferentemente catalán, euskera ó gallego,
es cuánto menos dudoso. Esa es nuestra gran diferencia, Sr. RAJUÁ, nosotros tenemos una visión integradora
de este país, y ustedes la tienen exclusivista:
¡quién no acepta sus postulados no es un español auténtico!.
RAJUÁ. - Me
hablaba usted antes del catecismo como identificador de una determinada forma
de ser español ó estar en el mundo, y, ahora le hago yo ver, lo que , ustedes a
su vez consideran como una nación descafeinada y sujeta a todos los albures de
las circustancias…¿podría usted explicarme, Sr. PATERO su afición, qué digo!. .
. su manía de llamar a nuestra gran nación
“pais”?¿Sería usted capaz de decir definitivamente “España”, ”nación”, ”patria”?
PATERO. -Una vez
más trata usted, demagógicamente de descalificarme…si yo no hablo en general en
esos términos es porque ustedes los han desfigurado y dado un sentido que no
comparte como mínimo la mitad de sus integrantes. Para usted, España, y vea que
me atrevo a decirlo, es poco menos que una entelequia espiritual cargada de
todos los valores que ustedes dicen representar, pero que deja de serlo, cuando
otros no están de acuerdo con ellos…
RAJUÁ. -Como me
temía, viene usted muy machadiano, y trata de dividir a un pueblo que en su
gran mayoría quiere permanecer unido, y que comparte en buena medida una forma
de diferenciarse y estar en el mundo. Usted quiere traer de nuevo “las dos
Españas”, esas que según nuestro admirado poeta de Soria “han de helarte el
corazón”.
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