MODERADOR. . Llegados aquí, creo
que los telespectadores ya tienen una idea clara de sus puntos de vista al
respecto. Una ultima palabra si quieren para cerrar este tema…
RAJUÁ. -Como ya
dije, no quiero extenderme sobre este tema, creo que hacerlo genera más
confusión que otra cosa cuando se tienen las cosas claras.
PATERO. -Solo
añadir que si en su día fuera de nuevo aconsejable establecer algún tipo de
contacto, esto no significaría la disolución de la actuación plolicial ni el
perdón de los delitos de sangre.
MODERADOR. -Muy
bien, señores, pues ya creo llegada la hora de que nos digan su forma de ver la
crisis económica en la que estamos sumergidos y lqs posibles maneras de
afrontarla para salir de ella. Sr. RAJUÁ, por favor…
RAJUÁ. -Me
interesa mucho resaltar, de entrada, que no se debe hablar, así, sin más de
crisis financiera y económica mundial. En nuestro país se dan otras
características que hablan de una mala gestión por parte del gobierno
socialista que ha hecho que la situación sea para nosotros mucho más grave. Durante
estos años el gobierno se ha dedicado a “verlas venir”, aprovechándose de la
bonanza económica generada en las dos legislaturas anteriores por el PEPE. Y
esto es así, pese a quien pese…El Gobierno ha manipulado a la población, la ha
engañado haciéndola creer que poco más ó menos estábamos atravesando una fase
de bonanza indefinida cuando ya los datos eran más que pesimistas. No fue por
tanto realista y no tomó entonces medidas que podían haber paliado en buena
medida el desastre actual.
PATERO. -El
señor RAJUÁ está tan seguro de lo que dice que prácticamente solo me quedaría
ponerme a sus órdenes. Pero no lo voy a hacer porque introduce en su discurso
un elemento distorsionante interesado: hace hincapié en la menor y olvida la
mayor. Trata deliberadamente de minimizar la crisis financiera mundial y se
centra e la dramatización de los factores nacionales. Esta es, en mi opinión, y
en la de casi todos los expertos, una crisis generada en los Estados Unidos con
repercusiones en todo el mundo dado el actual sistema financiero internacional,
y que señala además dificultades y contradicciones del sistema en que vivimos, y
que entre todos debemos arreglar, primero comprendiendo de qué se trata y luego
apoyando a los gobiernos nacionales en su esfuerzo por salir de la crisis.
RAJUÁ. -Evidentemente
que yo le ayudaría a salir de la crisis si viese que las medidas que usted y su
equipo tienen algún sentido, pero a mi parecer se dedican a poner parches y
tratar de que la gente no se entere seriamente de lo que pasa. Perdone que le
diga, pero casi tengo ganas de reírme francamente cuando recuerdo los 400 euros
que usted decidió repartir entre todos los españoles en una medida
estrictamente electoralista. Usted quería ser reelegido y trataba de adormilar
al confiado ciudadano, tratándole como a un niño al que se le lee un cuento
para que se duerma tranquilamente…y lo
que ya me preocupa definitivamente es eso que a dicho al final de su
intervención sobre las “contradicciones del sistema en que vivimos”…¿quiere
usted entroncar con Marx y hablarnos llanamente de las contradicciones internas
del capitalismo?. Díganoslo, porque si es así ya podemos ver, con perdón, por
dónde vienen los tiros.
PATERO. -Esta
claro para mí que usted buscan que quienes nos escuchan tengan de mí un
concepto de persona poco fiable, que hablaría entre líneas y que supondría una
amenaza para su bienestar tratando de introducir nuevos elementos en el sistema
capitalista que supondrían un cierto regreso a economías y concepciones
fracasadas históricamente y definitivamente periclitadas. Pero, Sr. RAJUÁ, yo
no digo eso, eso es lo que usted trata interesadamente de inculcar a quienes
nos ven: los socialistas son unos
irresponsables peligrosos capaces de cualquier estupidez. Ya sé que a usted le
interesaría flexibilizar el mercado de trabajo so pretexto de esa supuesta
flexibilidad facilitaría el funcionamiento de las empresas, pero olvida que lo
que llanamente supone esa opción es la facilidad de despido de personas que ya
están en una situación precaria, pero a usted eso no le interesa, dice actuar a
medio ó largo plazo, pero resulta que el hambre es algo que sucede de un día
para el otro…
RAJUÁ. - Me hacen
gracia ustedes que dicen ponerse de parte de los oprimidos, y que una vez que
toman cartas en el asunto, resulta que los tales se encuentran aún más
oprimidos que antes, y no creo que venga aquí al caso el ejemplo que está en la
mente de todos, y que supuso el mayor fiasco de la historia de la humanidad. No
vale decir”confía en mí, yo soy tu amigo, yo trabajo para ti, el gobierno del
proletariado, etc”…cantinelas, consignas que no llevan a ninguna parte, porque
al final lo que cuenta es la eficacia de lo que se proponga. Ya sabe de que
está empedrado el infierno, Sr. PATERO: de
buenas intenciones.
PATERO. -Creo
que usted me confunde y cree estar hablando con un partido que nada tiene que
ver con el que yo represento. Usted se va, para que todo el mundo nos entienda,
mucho más a la izquierda: nosotros no
propugnamos la propiedad estatal de los medios de producción, ni pensamos que
la nuestra sea una democracia burguesa que debe ser sustituida por otra
proletaria. Usted, una vez más está jugando a confundir al elector que debe
tener claro que somos un partido socialdemócrata, y que aceptamos plenamente la
economía de mercado, y por tanto el capitalismo, siempre que de tal aceptación
no se desprenda un abuso de las clases adineradas sobre la masa trabajadora. Abogamos
por el Estado del Bienestar, que permite la ganancia pero no el robo ni el
atraco, usted me entiende…
RAJUÁ. -Tengo la
impresión que en este momento trata usted de volver sobre sus pasos y decir
“donde dice digo, digo diego. . ”, pero para mí ya es demasiado tarde. Durante
muchos años, y permítanme que hable en plan metafórico, el mundo occidental, seamos
francos, nuestro mundo ha conocido una etapa de prosperidad como no se conoció
antes en toda la historia de la humanidad;
resulta que ahora el vehículo que nos lleva con tanta soltura y
fiabilidad, tiene algún problema: asunto
del carburador, los frenos, la transmisión ó cualquier otro elemento, y ustedes
nos empiezan a sugerir que lo que sucede es que tal vehículo ya no sirve: ha entrado en contradicción con su hasta
ahora estupenda eficacia, y lo que proponen es que quizás va siendo hora de que
nos busquemos otro medio de locomoción, ó peor aún , por incomprensible y
cínico, vienen a sugerir que de lo que se trata es de cambiar totalmente de
combustible, volver al motor de agua de nuestra juventud, ó peor aún, a pensar
que quizás sería preferible que las ruedas fueran cuadradas: ustedes quieren tomarnos el pelo!
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