MODERADOR. -Quisiera
en este punto, aprovechando la alusión, digamos histórica, del Sr. PATERO,
referirme a la tan traída y llevada Ley de la Memoria Histórica, que promovida
por el CHOE, cuenta , sin embargo con el rechazo frontal del PEPE, quisiera
saber su opinión al respecto a estas alturas y lo que ello supondría para ambos
partidos durante la próxima legislatura…
PATERO. -Para mí
y mi partido se trataba simplemente, y aunque sea con mucho retraso, un caso de
dignidad, restituyendo a los caídos del bando republicano durante la contienda
civil el reconocimiento y el honor que se les negó durante toda la Dictadura y
el tiempo que llevamos de democracia. Los muertos del bando insurgente contaron
con todos los honores que les deparó la tiranía, y sus nombres figuran en tumbas
y lápidas de todo el territorio nacional, incluso en las iglesias…pero bueno, eso
no es cosa de extrañar…
RAJUÁ. -Creo que
hay temas que no deben removerse porque con ello no se hace sino incitar de
nuevo al enfrentamiento civil. La Guerra Civil fue lo que fue, y es inútil
ahora tratar de recordarla en ningún sentido, y menos introduciendo en ella
matices y consideraciones que no obedecen a la realidad histórica. Para mí es
algo que no merece mayor consideración y que lo único que hace es traer a la actualidad
elementos de discordia que en ella no tienen ningún sentido. La Guerra Civil
fue un desastre pero todos, repito todos deben considerar en que medida
contribuyeron a que tal cosa sucediese.
PATERO. -¡Y
usted habla de los Cerros de Úbeda!. . . veríamos quién de los dos se pasea por
ellos con más frecuencia. Usted sabe perfectamente que los vencidos fueron
fusilados, humillados y maltratados, y quiere que precisamente de eso no se
hable, que no se exhumen los cadáveres de los asesinados en las cunetas
mientras el dictador y sus secuaces aún cuentan con calles, plazas e incluso
alguna estatua ecuestre…¡Vaya por Dios, qué casualidad!
RAJUÁ. -Sr. Moderador, este tema no conduce a nada, y
desde luego si mi partido ganara las elecciones no existiría tal ley, aunque , por
humanidad, se permitiese que cada cual se hiciera cargo de sus difuntos.
PATERO. -Le ha
faltado a usted Sr. RAJUÁ, terminar diciendo “ahí queda eso!” ó incluso “he
dicho”…¡hics!. . . perdón.
RAJUÁ. -Ya veo
Sr. PATERO, que el intermedio le ha sentado a usted mal, porque una cosa es que
se nos ofrezca gentilmente por parte del Ente Publico un somero refrigerio con
un vinito, y que tan menguado piscolabis tenga en usted el efecto de de un cuba
libre sin frutos secos ni patatas fritas de acompañamiento, y siento de esta
manera romper el acuerdo que fijamos sobre tal aspecto de esta programa, pero creo que queda así mucho más
claro el sentido de su intervención, hipo incluido.
PATERO. -He aquí
un ejemplo claro de la fiabilidad que puede usted ofrecer a los españoles. Ni una
promesa, ni un acuerdo y cuánto menos un secreto estarán seguros en sus manos. ¿qué
otros desengaños podría usted traer a sus electores si no es capaz de guardar
ni una nimiedad como de la que estamos hablando? A mi modo de ver, tomar una
copita de vino puede producir un efecto como el que ha tenido lugar y a mí me
ha sucedido, pero sabe usted perfectamente que no es perjudicial en absoluto, y
que hasta los mejores cardiólogos lo recomiendan…¿quiere usted que hablemos de
la paradoja francesa, Sr. RAJUÁ?
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