sábado, 31 de diciembre de 2016

ESPASMOLITIS



La espasmolitis es una propiedad de determinados cuerpos físicos (hay otros) que sorprenden en su totalidad o en algunas de sus partes, al sufrir una mutación instantánea una vez observados. Esto es así hasta el punto que, según sea el caso, dicho cuerpo o la parte implicada, parecen prolongarse o antecederse  de forma que resulte imposible distinguir su continuidad o procedencia. Existen, por ejemplo, lugares en caminos, carreteras o vías pecuarias implicadas en este proceso, en los que quien se aventure tendrá la sensación, a pesar de caminar con la mayor rapidez de la que sea capaz, de permanecer siempre en el mismo lugar. Incluso después de varias horas sudando profusamente y siendo consciente de haber hecho un esfuerzo físico intenso.

La “observación retrógrada” es un fenómeno que se da en algunos seres humanos, y consiste en que, en algunas circunstancias,  éstos no son capaces de determinar si lo que ven se encuentra dentro o fuera del su punto de observación. Así, por ejemplo, si a través de la ventana de una habitación, alguien percibe los picos de unas montañas y al ganado paciendo tranquilamente algo más abajo, es, sin embargo, incapaz de afirmar con certeza si lo que observa se encuentra fuera o dentro, por extraño que pueda parecer el hecho. Se diría que para el observador al que nos referimos, el paisaje descrito no es algo situado en lugar determinado, sino que su percepción especial del espacio, hace que también pueda parecerle que está situado en el interior, como si el mundo se hubiera colado dentro, y las montañas surgieran sobre el parquet de su casa.

Al escribir, y Juan Bolenque Apellániz lo hacía con una soltura y belleza poco comunes, quien lo observase podía tener en algunas ocasiones la impresión de que no era él quien estaba creando una escritura sobre un papel o una pantalla, sino, por el contrario, que era esta quienes al tiempo que se desarrollaba generaba la mano y el antebrazo de quien lo hacía. E incluso a este mismo, es decir a Juan, cuando la historia de que se tratase alcanzara una perfección impropia de quien en puridad no era sino un simple aficionado. Este hombre, por lo tanto, podía en ocasiones no ser sino una simple circunstancia de su obra, hasta el punto de que, si dejara de escribir, simplemente desaparecería.

La tarde a través de la ventana se desarrolla de la siguiente manera: principio, desarrollo y fin, como una obra teatral cualquiera, a no se que el colapso del universo o una simple caída de la tensión eléctrica haga imposible tal protocolo.

ADENDA UNO. VARIACIONES SOBRE EL CONCEPTO DE CONCEPTO



 Hay conceptos delante de los cuales solo cabe permanecer inmóviles y en silencio. Y, como mucho, respirar, siempre que tal cosa no haga que muten de forma instantánea y se conviertan en algo muy diferente de lo que conocimos en un principio, y nos había sumido en el asombro.

Hay conceptos que para nada son lo que parecen, y que en todo caso, merecerían una nota a pie de página de la definición de otros que sí son exactamente lo que aparentan, y que para nada se prestan a la sobrevaloración o el camuflaje.

Hay conceptos mínimos, ante los cuales lo primero que se nos puede ocurrir es reprimir una carcajada. Desconocemos, pobres ignorantes, el valor de lo minúsculo, aquello que no ha tenido que recurrir a lo apariencia para significarse, y que, paradójicamente, oculta una riqueza que para sí quisiera el maharajá de Kapurkala.

Hay conceptos sorprendentes, que una vez captados en lo que suponemos que constituye su esencia, cambian espontáneamente y se convierten en algo diferente, que ni por asomo recuerdan al primero. Pero que una vez asentados en ese segundo estado y estamos a punto de definirlos con todo detalle, vuelven a cambiar y se transforman de nuevo en algo que nada tiene que ver con los anteriores. Metamorfosis que a partir de ese momento no cesan de repetirse cada vez que intentamos aprehenderlos, transformándose en otra cosa que haríamos bien en abandonar a su suerte si no queremos perder la cabeza.

Hay conceptos que, una vez definidos son, por el contrario, exactamente igual a sí mismos, con independencia de que creamos ver en ellos matices que pudieran alterar sus propiedades. Conceptos tan puros que, como el diamante, son siempre iguales a sí mismos, aunque se desate el Apocalipsis o la sustancia de que estén hechos cambie de paradigma.

Hay conceptos difusos que, una vez intuidos, son a la vez lo que aparentan y otros que se desprenden de ellos mismos con la facilidad con la que la que lo hacen las hojas de los árboles a la llegada del otoño. Conceptos por lo tanto versátiles, que son lo evidente y su contrario. E incluso otros levemente diferentes, que alguien no instruido podría confundir con facilidad.

Hay conceptos de los que el investigador, de entrada, dirá “se trata de esto”, y volverá a casa con la certeza de haber contribuido un día más a aumentar el acerbo de las ideas que merecen estar en este mundo. Y, no obstante, al poco de acostarse, tiene un sueño en el que queda perfectamente claro que todo fue un error producto de una fantasía desbordante, a la que le indujo el abuso del alcohol u otras sustancias estupefacientes.

LIBERIOS



Liberio es incapaz de estarse quieto. Hace cosas sin parar. Se dice que, incluso dormido, gesticula, dando a entender que en su interior continúa la acción que el sueño interrumpió poco antes. En ocasiones, si hay que hacer caso a sus más allegados, Liberio aplaude, dando la impresión, por las caras que pone, que se aplaude a sí mismo con un entusiasmo difícil de controlar.

Fausto, por el contrario, es totalmente lo opuesto. Permanece sin moverse y en silencio durante horas, y cuando alguien se interesa por él, creyendo que puede pasarle algo, reacciona molesto y hasta con cierta violencia, pero con un discurso plenamente coherente y muy razonable, en el que se queja de la idiotez humana al creer que solo el movimiento y la agitación tienen sentido.

Remigio, por otro lado, reúne las características de los dos anteriores, y si en algunas ocasiones no para quieto, en otras ni pestañea, dando de esta forma a entender que, en resumidas cuentas, la vida consiste en la sucesión de estados bien diferenciados, sin que ninguno de ellos prevalezca sobre el otro, ni supongan una rareza o un desvarío.

Justo es diferente, y nunca presenta un comportamiento uniforme pues, según el momento, podría ser incluido en cualquiera de los anteriores. Tiene, por decirlo de alguna manera, un comportamiento espasmódico y aleatorio de difícil definición, en el que el movimiento o la quietud no son criterios que puedan ser aplicados con justicia.

De Edelmiro, por otro lado, más vale no hablar, al reunir en sí mismo unas cualidades que, puestas por escrito, desdicen las verdaderas, hechas en todo caso para ser dadas a conocer de viva voz. Otra cosa desmerecería y haría de sus sobresalientes cualidades una parodia de las auténticas.

Atanasio Gómez Zardoya no tiene, en puridad, ningún elemento común con los precedentes, y si se le menciona en este resumen de individuos sorprendentes, es a petición de sus familiares, personas adictas al susodicho, que de esta manera tratan de que salga del letargo en el que se sumió cuando años atrás, quebró la mercería que regentaba en compañía de su esposa. Al parecer, el mundo se ha quedado pequeño para él sin la venta de combinaciones, puntillas, fajas y demás prendas interiores de señora.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

VOLÚMENES



Yo cuento contigo siempre, puedes creerme, pero cada vez que intento decirte lo importante que eres para mí, tienes algo que hacer en otra parte. O sales rápidamente por la puerta sin más explicaciones. Pero en la mayoría de las ocasiones subes el volumen de la televisión o la radio como último recurso.

Dices que tu vida ha merecido la pena, aunque lo nuestro no haya sido lo que soñaste cuando nos conocimos. En esos momentos, un tanto herido y triste, intento explicarte que los sueños son solo fantasías, y que esa es posiblemente la razón de tu desencanto. Pero, una vez más, sales intempestivamente o subes el volumen de la televisión o la radio.

Estás contenta con los chicos, dices. Después de todo, gozan de buena salud y van saliendo hacia delante aunque sea con mucho esfuerzo y grandes dificultades. De todas formas, siempre añades que si yo hubiera estado más atento, todo hubiera resultado más fácil para ellos y para ti misma, aunque no precises en qué sentido. Y zanjas la cuestión añadiendo como coletilla que yo siempre he sido así, y que hubiera sido inútil esperar otra cosa de mí. Entonces, cuando trato de puntualizar que somos una familia unida y que nuestros hijos están bien situados y no parecen lamentar nada, tú con un gesto resuelto que no admite réplicas, cambias de tema o subes el volumen, haciéndome ver que debo aceptar mi culpa.

Es evidente que en la cama podría ser mejor, pero a nuestra edad tampoco es cuestión de imitar a los atletas y, en cualquier caso, tú siempre tienes dolor de cabeza, y así no hay manera que te demuestre cuanto me motivas todavía y que soy un hombre con todas las de la ley. Trato de no hacer caso a tus comentarios de estar con un tipo excesivamente rutinario y con los recursos más que justos.

Me recuerdas con frecuencia lo bien que lo pasábamos cuando nos conocimos, y lo divertidas que resultaban aquellas reuniones con la pandilla en la playa o en el pub en los primeros tiempos. Y luego, sin solución de continuidad, insistes en nuestra pobre situación actual, casi sin amigos y apenas con alguna salida esporádica al cine, achacándolo a mi carácter introvertido y un tanto maniático. Olvidas tu depresión y bajo estado de forma habitual, cosa que cuando trato discretamente de añadir a tus razones, hace que, como de costumbre, cambies de tema, vayas a otra habitación o subas el volumen. Y si resisto, no dudas en disculparte alegando que tienes hora en la peluquería.

lunes, 26 de diciembre de 2016

CURVATURAS

Cae la noche y la llamamos g.

Fue la gota que colmó el vaso. El colmo.

Te dije que sí, pero no quizás.

Abres la boca y hablas, pero no se trata de eso: come.

Aún recordaba sus maravillosos ojos de besugo.

Harto estoy de estar o ser inglés, dijo to be.

Puestos a ello y a ello puestos, insistía.

No soy nadie, dijo. Y se esfumó.

La perentoriedad de los autobuses me acelera.

 De noche todos los gastos son prados.

Eres virgen y todo lo contrario, exclamó.

Admirando a Minerva, valoraba la sabiduría de las lechuzas.

No te vayas, y sin embargo, vete, se contradijo.

El mundo es ancho y anexo, rectificó Ciro Alegría.

Eres un hombre de dos piezas. Una es el cuerpo, y la otra tú sabrás.

La libélula obcecada odiaba la aerostación.

Se perdió en el desierto pero no de camellos.

Tu amor me llega como una flecha de miel envenenada.

Debido a su nombre, Fulgencio brillaba paradigmáticamente en la noche.

Llueve sobre los seres y los sacos, dijo el disléxico.

Adoro tus blancas manos aunque seas senegalesa, matizó.

Dijo adiós a pesar de su ateísmo.

La mecánica cuántica es, sin embargo, insignificante.

La curvatura del espacio nada tiene que ver con la perfección de tus caderas, puntualizó Einstein a su primer amor, Mileva Maric.

CONDERÁSPORAS SIETE


ELE VRASTO ENDE ILA.

BORGA FALENDI DUL CANARI.

VINA ALERA MANGA YEP.

ELOPE BURGA MISKA MISKA.

VERTOE PANE CORO ULUP.

RETE RETE MISKA RETE.

IMENO ELFI TRUSCA EP.

MANDETE ULU VALGE VER.

OBRASKI MANDEPOLA ÏP.

NARE NOTE UPA ELA.

VALERI OPRAS ITI YOPA.

CAMPOTE CALERI SUPA SUPA.

VERCINGUE ULTE RASCA ERE.

NOR NOR IPERI LASCATE.

AÑOTA EPATE ULA GOP.

RASCA BRONGA ALPETRERI O.

VENGA ORCA ANORE FISCA.

LAPROSCA VURUNDA PERETI KA.

FISCA NEPI NAVOTA FINE.

LANECHE TOMBORA PAROLA DOS.

VIVIVI NUSQUE TANTE PRO.

NOVANO ACROTE ULMU ZET.

ÑASCA ÑISCA ARRANGE ENDE.

martes, 20 de diciembre de 2016

PAREDONES



Jiti el Piporro existió. Pasado el tiempo, tengo el convencimiento de que aquel ser monstruoso del que se hablaba en voz baja y con disimulo en mi pueblo cuando yo era un niño, fue una realidad, por mucho que los mayores intentaran de ocultarlo.
Se trataba de un vecino solitario que apenas se dejaba ver algunas tarde de anochecida, cuando pasaba apresuradamente por La Llama camino de Sierrapando, donde se le perdía el rastro, dicen que en dirección al Dobra, la misteriosa montaña a cuyos pies se levantaba la ciudad (o el pueblo, pues de ambas maneras se conocía a aquella población). Nadie sabía qué podía habérsele perdido por aquellos intrincados parajes, cubiertos de bosque y una maleza espesa, donde, según algunos, todavía habitaban los lobos y otras alimañas. Claro que eso es lo que decían los que aseguraban conocerle bien, aunque muchos otros no estaban de acuerdo, y afirmaban que solo se trataba de fantasías. Que aquel individuo, si verdaderamente existía, jamás salía de casa y por lo tanto era imposible conocerle ni saber nada de él con detalle.
    En cualquier caso, todos afirmaban que se trataba de un tipo mayor, ya con el pelo blanco, al que incluso le costaba desplazarse, como si arrastrara un peso enorme que le hacía cojear ostensiblemente, al parecer, fruto de una vida licenciosa en la capital tiempo atrás, cuando vivía solo con su madre cerca de la estación, o lo que es lo mismo, el barrio de las putas. De todas estas historias estábamos al corriente los chicos del pueblo, por eso nos extrañaba que cuando queríamos saber algo más, nuestros padres nos dijeran que solo eran tonterías sin ningún sentido, inventadas por un loco con la finalidad de atemorizar a la población, sobre todo a los chiquillos. Lo que, visto lo visto, pensaba yo para mis adentros, lo había conseguido plenamente.
     En primavera, y sobre todo en verano, las habladurías cesaban, y la gente solo pensaba en divertirse y bañarse en la playa cercana. Entonces todos nos olvidábamos de Jiti, a no ser en algunas ocasiones cuando el tiempo empeoraba súbitamente, debido a alguna galerna en la costa. Pero a partir del otoño, el viento y la lluvia traían de nuevo el rumor de la presencia inquietante de aquel individuo, y la gente andaba con cuidado y regresaba a casa con precipitación, por el temor a encontrárselo de repente en cualquier parte, y sufrir las consecuencias. Nadie decía con exactitud el por qué de ese miedo, cual era la razón exacta por la que, sobre todo las mujeres, y más si se trataba de jovencitas o niñas, a partir de cierta hora no salían de casa, y estando en ella bajaban las persianas y dudaban mucho antes de abrir la puerta. Aunque, si todo hay que decirlo, también los niños y los adolescentes corrían peligro, y debían andarse con cuidado si no querían ser víctimas de aquel loco desalmado. Lo que está claro, es que se trataba de algo demasiado peligroso para ser hablado con franqueza, un misterio que, fuera o no una fantasía, tenía al pueblo preso de un temor inquietante. Miedo de un pobre hombre decrépito al que apenas nadie conocía, pero que al parecer guardaba un secreto intimidante que más valía no descubrir. Algo monstruoso, un fenómeno de la naturaleza que podía suponer la desgracia de la localidad, y de lo que más valía no enterarse con exactitud.
        Pero ahora que he vuelto al pueblo mucho tiempo después, como sugerí al principio de estas líneas, creo que he adivinado de qué se trataba. Pasado tanto tiempo, ya casi nadie habla de aquel hecho de nuestra infancia, aunque los más viejos, entre los que me cuento, tengamos la certeza de que Jiti existió. En algunos lugares pueden verse todavía los vestigios de lo que tiempo atrás debió ser la presencia de aquel hombre, que tuvo a todo un pueblo, o ciudad como dije más arriba, amedrentado.  Se trata sobre todo de algunos lugares antiguos, especialmente en las cercanías del parque y en algunas casas viejas, en las que en sus paredes se hace todavía evidente que algún extraño fenómeno había causado importantes destrozos. Paredones vetustos de algunas casonas antiguas con la carpintería desvencijada, o completamente derruidos, que daban la impresión de haber sufrido el empuje de una fuerza colosal desde el exterior hasta hacerlas irreconocibles. Viejos almacenes abandonados, cuyas esquinas desmochadas hacían evidente que algo monstruoso se había ensañado con ellas.
        Era todo muy confuso, un tanto vago, pero ahora que estoy de nuevo aquí, no puedo dejar de acordarme de la existencia de aquel hombre, de nombre Jiti y apodado el Piporro, ignorado y temido por todos, paseando su soledad las noches de tormenta por las calles del pueblo, arrastrando consigo la desgracia que todos conocían pero que todos intentaban ignorar. Un peligro evidente para la población, pero sobre todo para los más pequeños y las vírgenes.

lunes, 19 de diciembre de 2016

PÉRTIGAS



Debo de confesar que cuando la conocí, me pareció una persona normal, incluso alegre y extrovertida, que, en resumidas cuentas, era lo que parecía ser. Pero después de tratarla durante cierto tiempo pude darme cuenta de que solo se trataba de una apariencia. Supuse entonces que acabaría descubriendo lo que había detrás de su representación, y que de tal manera podría conocerla de verdad y acercarme más a ella.

Pronto pude darme cuenta, sin embargo, que esa suposición era un error, pues cuando creía que estaba a punto de descubrir cual era su verdadera personalidad, ella cambiaba súbitamente, y si la había llegado a tomar por una persona cándida y amorosa, se presentaba como todo lo contrario, una persona desalmada a la que le traía sin cuidado todo lo que no fuera ella misma.

Fue una época turbulenta de mi vida, si puede aplicarse a la psique individual un adjetivo más bien adecuado para la sociología de masas. Traté entonces de adaptarme a sus diversas representaciones con criterios acríticos, que me hicieran aceptarla como era en esos momentos, con el objetivo esencial de no perder la calma y mantenerme en mis cabales.

En cualquier caso, a estas alturas de la vida, puedo afirmar que era una mujer fascinante que no se dejaba atrapar en conceptos simples, aunque no se me escapa que siempre he sido muy aficionado a todo lo que comúnmente se considera como raro o poco habitual. Lo cierto es que llevado por su carácter, con frecuencia tenía que soportar situaciones difíciles, equivalentes a las que supondría para un equilibrista caminar sobre la cuerda floja  a gran altura, sin pértiga ni red bajo sus pies.

Quizás ese algo que buscaba en su interior era simple y llanamente lo que en la teología cristiana se llama alma, y otros más poéticamente llaman numen. Ese hálito ubicuo pero recóndito que al parecer nos habita, y que en ella se manifestaba extrañamente en su comportamiento, sobre todo cuando perdía los papales o deliraba.

A pesar de todo y de que el distanciamiento ha sido la desgraciada solución a la que hemos tenido que recurrir, seguimos manteniéndonos en contacto, posiblemente porque tal cosa nos interesa a ambos en nuestras economías vitales. Nos necesitamos de una manera absurda, pero en el fondo perfectamente racional. Quien sabe si lo que nos sucede verdaderamente es que para cada uno de nosotros individualmente, el otro representa aquello que da sentido a su realidad por mucho que seamos incapaces de vivirla juntos. Y difícilmente, separados.

ZURULLOS



Estaba tan cansado de oír hablar de ellos desde el bachillerato, que solo pudo ser escritor cuando se decidió al limpiarse el culo con las obras completas de ambos.

Su empatía con los pobres y los desfavorecidos, le llevaba en ocasiones a desprenderse de cualquier cosa que llevara encima o tuviera en su domicilio, por valiosa que fuera. Afortunadamente para su equilibrio patrimonial, alguien le enseñó poco después otra forma de ayuda sin el desprestigio de la caridad. Por eso, a partir de entonces, cada vez que se encontraba con un pordiosero le decía “te voy a enseñar a pescar”, lo que para su sorpresa no producía en el indigente ninguna forma de alborozo.

Formaba parte de un pelotón de lanzallamas en una compañía de asalto, y cuando en cierta ocasión tras un ataque pudo observar dentro de una casa en ruinas a un niño calcinado y a otro en llamas, solo se le ocurrió gritar enajenado “¡viva la patria!”.

Creo en la Inmaculada Concepción, la resurrección de los muertos y el misterio de la transubstanciación (y en un paraíso lleno de huríes de ojos negros, cuando soy musulmán). El que alguien apenas cobre el salario mínimo interprofesional y sus hijos puedan pasar hambre, es un tema totalmente diferente y mucho más complejo, que nada tiene que ver con lo antedicho, y que debe obedecer a alguna razón práctica de difícil resolución.

La demagogia, por cierto, es una mala práctica. Una necesidad de buscar soluciones simples a problemas complejos, y por tanto irrealizables. Pero sobre todo una buena excusa para redimir de su culpa a los que mantienen situaciones incomprensibles, como la expresada en el párrafo anterior.

Fue un ser virtuoso que cumplió hasta el último día los mandatos del gobierno de la nación y los preceptos de su iglesia. Poco antes de morir, sin embargo, suplicó ir al baño en compañía de un diputado y del párroco. Allí, tras ímprobos esfuerzos, eliminó un zurullo de dimensiones casi cósmicas, y poco antes de expirar, dirigiéndose a sus acompañantes, apenas con un hilo de voz, pudo decirles “¡Ahí queda eso!”.

viernes, 16 de diciembre de 2016

REFLEXIONES NAVIDEÑAS DE UN ORNITORINCO. CUATRO.



Factores económicos aparte, puedo asegurarte que por ti yo estoy loco. Pero loco por ti (bolero)

La comida transcurría normalmente, aunque podía percibirse cierta intranquilidad hasta que uno de los comensales se levantó y mirando a casi todos los demás (eran al menos veintisiete) exclamó “hasta ahí podíamos llegar”. Dicho lo cual, se sentó y a partir de ese momento todo fueron parabienes hasta los postres.

La desubicación que sufrió desde el mismo momento en que se enteró que no era hijo natural sino adoptado, sumió a la familia en un caos emocional, del que solo se recuperó cuando pudo aceptar que en la mayoría de las situaciones el biberón no era la causa principal de las psicopatías al llegar a la adolescencia.

Esta tarde voy al teatro donde se representa una tragedia espantosa con asesinatos, incestos y luchas fratricidas. Para mí, que solo acepto los vodeviles y las comedias ligeras, supone una carga difícil de soportar a no ser que, para compensar, apuñale mi vecino del patio de butacas. Voy por lo tanto armado y con cierta ilusión, todo hay que decirlo.

No lo hagas, dijo en el preciso momento que llevado por una furia inexplicable se dedicó con entusiasmo a hablar en todos los dialectos de la península ibérica. Bable incluido y lunfardo bonaerense, Carlos Gardel aparte.

Lo días transcurren lentamente y disfruto con el solaz que pueden permitirme, mientras a través de las ventanas de la balconada disfruto de la migración de los gansos y los ánades camino de África, suponiendo que ese continente siga donde era habitual y no se ha desplazado debido a la tectónica de placas.

No habla, sino que balbucea, lo que da a cualquier conversación en la que participe un cariz sorprendente pero un tanto irritante. No es fácil aceptar a tu lado a alguien que, no siéndolo, parece presentarse como un mendigo o un personaje de una tragedia griega aquejado como mínimo de escoliosis crónica o de  esclerosis lateral amiotrófica, desgraciadamente.

Burga, dijo. No, zampa, rectificó poco después. Por lo que el pueblo de rodillas hasta se momento se incorporó hablando lenguas que nada tenían que ver con el chino, el inglés ni ninguna otra de las indoeuropeas. Ni tampoco con el suajili ni otras que recuerden, aunque sea vagamente, al arameo o el aranés.

Puestos a ello, debemos actuar con una rapidez que les impida reaccionar a tiempo, y contraatacar de inmediato. Quizás lo más conveniente sea mezclarnos y hacerles ver que solo nos distinguimos de ellos en un prognatismo moderado que inhiba su actitud violenta. Y el tiempo dirá.

Tratándose de lo que se trata, no es probable, y ni siquiera posible, por lo que deberíamos adoptar una actitud consentidora siempre que no les facilitásemos un acceso que vaya usted a saber como empieza y donde acaba, sobre todo, tratándose del tema que se trata. Que vaya usted a saber.

REFLEXIONES NAVIDEÑAS DE UN ORNITORRINCO. TRES



El urogallo en celo se aprestó a la pelea con una actitud que dejaba mucho de desear y decía poco de su hombría, si no se tiene en cuenta que padecía de gota, como su propio nombre indica.

Pasan los minutos, los días, las semanas, los meses, los años, los siglos, los eones, las eras, y te sigo esperando con la constancia de una ameba, incapaz de aceptar la fugacidad de las células eucariotas.

En el día de hoy vencido y derrotado el ejército rojo, las fuerzas nacionales han alcanzado sus últimos objetivos. La guerra ha terminado hasta nueva orden. Pamplona, a siete de Julio de 1936, San Fermín. Riau, riau. Firmado: Francisco Franco y Mariano Rajoy.

Llueve sobre los seres y las cosas, pero no sobre los entes, artefactos de difícil definición y peor ubicación, siendo ubicuos y sin embargo introvertidos.

Tras la lluvia, las gotas de agua, detenidas por un instante sobre las ramas de un árbol, luchan denodadamente por no caer obedeciendo a la ley de la gravedad, resistiendo, de esta manera heroicamente los embates de las leyes de la física teórica, pero ignorando que la evaporación también obedece a las mismas.

La desestructuración del sistema originó un caos sin precedentes en las poblaciones afectadas que, no obstante, intentaron no darse por aludidas organizando verbenas y justas literarias hasta donde fui posible, dada la inexistencia de charangas y lápices de escribir.

Tu vulgaridad me abruma y me subyuga, pues me remite a mis instintos más primarios, y por lo tanto, me identifico con lo más primitivo de mí y con el teorema de la incompletitud de Gödel al mismo tiempo.

Existe un consenso casi universal desde Rousseau sobre la bondad natural de los niños, desde que teorizó sobre el buen salvaje y su incapacidad para hacer el mal. Pero Julio de pequeño metía a los pollitos bajo el grifo del jardín, y luego les retorcía el pescuezo con un entusiasmo contradictorio con lo expuesto.

Nos hemos reunidos aquí en estas circunstancias para analizar la situación en detalle, y ver como procedemos para salir de este apuro. Yo, para comenzar, sugiero: ¡camarero, de momento una botella de vino tinto por cabeza!

El estropajo de esparto tiene cualidades que para sí quisieran las esponjas y las bayetas de algodón o fibra. No obstante, son obstinados, y permanecen en el fregadero hasta última hora, celosos de sí mismos.

He vuelto a ver a un antiguo amor. O amante, que en esos prefiero no hacer distingos, pues a pesar de la poesía que encierra el primer término, ninguna mujer quisiera en el fondo ser considerada estrictamente como una musa.

 Al salir dio un portazo, y supo al instante que suponía el final de una historia. La tarde en la calle era, sin embargo, oscura y fría. Y también cargada de malos presagios, por lo que casi de inmediato, regresó y dijo haber estado esperando mucho tiempo aquel momento.

REFLEXIONES NAVIDEÑAS DE UN ORNITORRINCO. DOS



¡Viva España y parte del extranjero! Dicen que decía al pasar la frontera a la altura de Lérida, pongo por caso.

Porque, no me toques los cojones. Unos con una nómina de diez mil euros y otros apenas con una de setecientos, cuando si los echas al monte a los primeros se los comen los lobos y a los segundos está por ver.

Esta labia que tiene no sé de donde le ha llegado, pues su padre era un cateto y su madre analfabeta…luego Dios existe. No me cabe la menor duda.

Mañana el sol saldrá por Levante y se pondrá por Poniente. No te jode ¡mira qué listo!

Le dije a Elisa que tenía toda la razón, porque sé que eso la alivia y por la noche se apresta a faenas impropias de sus habituales dolores de cabeza.

Se masturbaba rítmicamente e incluso con cierto frenesí. Uno, dos, uno, dos…pero al llegar el momento álgido ni siquiera.

Eres un degenerado, no me cabe la menor duda, pero llegados hasta aquí, te ruego, por favor, que no pares.

El cielo bellamente estrellado, presentaba asimismo una indudable luminiscencia anaranjada impropia de los varones de Castilla.

No es necesario que me des explicaciones. Te creo a pesar de todos los indicios en tu contra, por lo que puedes considerarte de inmediato despedido.

La batalla sucedió de la siguiente manera: llegué, vi y vencí, a pesar de no llamarme Julio César ni ser romano, y lucir, por el contrario, una cabellera punk impropia del Imperio o la República.

La aleatoriedad de los acontecimientos, permitió que la situación pronto se hiciera no solo inmanejable sino difícilmente resoluble con los pies. Y nada apodíctica.

¡Caballos, caballos, oh lindos corceles! Exclamó el poeta local preso de un arrobo lírico, que lo condujo directamente a los calabozos del puesto de la guardia civil, indignada la Superior Autoridad por el empleo de adjetivos fuera de contexto y los centauros venidos a menos.

Te comprendo hasta límites que ni tú misma puedes imaginar ni yo hubiera podido admitir antes de llegar aquí. Y todo lo contrario.

El examen será de tipo test. Es decir, no es preciso que se alarguen con explicaciones que no hacen al caso. Deben ceñirse a constestar sí o no. Y no lo sé, si no lo saben. O quizás, eso depende de su propia sensibilidad.










Las obras en casa del vecino me van a volver loco. Se suceden los golpes y ruidos de toda índole, los martillazos y la copla flamenca. Pero sobre todo, unos silencios impropios de las taladradoras y los martillos neumáticos.

He decidido cambiar de rumbo. Mi vida ya no será lo que ha sido hasta la fecha ni lo que hubiera podido ser, en caso de que los acontecimientos se hubieran desarrollado sin solución de continuidad o algo parecido. Creo yo.

Su tenacidad le hacía un rival peligroso. En el ring se comportaba como un púgil que ha hecho del virtuosismo de su juego de pies su principal arma, indicada más bien para el ballet o el baile de claqué. Pero el hecho persistía, y mis jabs, directos y uppercuts se perdían en la inanidad del aire y el humo de los puros habanos.

Su poesía es lo más parecido que uno pueda imaginarse a la gastronomía, hecha en exclusiva de feculantes y aparatos digestivos con todas sus consecuencias.

Todo ha terminado, dijo descerrajándose un tiro  en plena sien, para a continuación afirmar que no todos los suicidios tienen que terminar de la misma manera ni ser tomados en serio.

En la terapia de grupo nadie abrió la boca, teniendo en cuenta que los bostezos no son considerados como una expresión con todas las de la ley.

Tu crueldad, perdona que te diga, me hace sonreír. Y pongo a Dios por testigo que nunca volveré a pasar hambre en la tierra roja de Tara, si no recuerdo mal.

Adolfo Hitler era al parecer una bellísima persona poseída por un auténtico hijo de puta con todas sus consecuencias, algo que no siempre ha sido tenido en cuenta por por sus apologetas ni detractores. Ni sus hagiógrafos, que hay de todo.

Benito Mussolini, sin embargo, era lisa y llanamente lo que se llama un maricón cuando se abandona la corrección política y las tautologías. Más aún si se observa sin prejuicios como se ceñía los pantalones cuando se ponía en jarras.

Franco, sin embargo, fue un hombre que se merece todos mis respetos, pues no es fácil llegar al generalato a los 33 años, por más que su voz atiplada mejor le hubiera ido en el mundo de la lírica, sección de castratti.

¡Arriba los corazones! Exclamó el tipo aquel con pinta de mequetrefe, que sin embargo, resultó ser un hombre de una pieza, una vez realizada su autopsia.

Sus eyaculaciones, abundantes y tumultuosas, eran impropias de un hombre recién operado de próstata por hiperplasia benigna de próstata. Pero ahí queda el hecho para bochorno de los cirujanos más experimentados, y alegría de hombres y mujeres adictos a las manifestaciones oleosas.

Era ridículo. Lo sé, pero llegado el momento, cuando todos esperaban eso, yo hacía precisamente eso, pero también lo contrario.

Era aficionado a la masonería, la quiromancia y las misas negras. Pero estas, solo si eran oficiadas por un senegalés y en la oscuridad, precisamente.

Es el momento de terminar esta locura dijo en el momento en el que su paroxismo llegó a su punto álgido, hablando de calor y no de frío, como pudiera parecer, dicho lo dicho.


REFLEXIONES NAVIDEÑAS DE UN ORNITORRINCO



Después de pensárselo mucho llegó a la conclusión de que fin.



Al poco de empezar a hablar quería llegar de inmediato a alguna conclusión al cabo de las dos horas.



No pensaba. No sentía. No andaba ni estaba sentado. Ni tumbado. Simplemente no estaba.



Hablaba por los codos, en el supuesto de que los tuviera, y estos a su vez tuvieran boca y no fuera mudos.



Me llama por teléfono y me dice pues eso. A lo que respondo así ya podrás.



Corre pero no vuela. O viceversa, que no estoy para detalles.



Hace unos ruidos muy raros. Pero no con la boca ni con las cañerías. Por ejemplo, flop.



Estas manos que tengo, decía, las odio. Y se las cortaba. Pero de inmediato le volvían a crecer casi. De ahí su frustración.



Me llamó y le fui a ver. Vendía libros y flores, pero no le compré ni los unos ni las otras. Ni lo de más allá.



Ama la psicoterapia y se pasa el día y la noche psicoanalizándose. Quiere ser astronauta.



Deja de pintar de una vez. Nunca llegarás a Picasso ni a Beethoven, en el supuesto de que alguno de los dos pintara, claro está.



Dos por dos son cuatro y cuatro dieciséis, aproximadamente. Que no sé multiplicar.



Soy presidente de Rusia y Estados Unidos y vivo en Volvogrado y Minessota, respectivamente.



El delantero centro del club se rebeló contra su entidad y marcó un gol en propia puerta ajena para compensar.



Ante la imposibilidad de dormir decidió permanecer despierto voluntariamente, para fallecer al poco rato por insomnio neuroléptico inducido.



Se presentó en Urgencias alegando un desesperante desasosiego por un prurito anal mal tratado. Fue sodomizado a plena satisfacción.



Se pasaba las noches fregando el suelo de parquet con sosa cáustica. Y los días también, por si acaso.



Voy a dar una conferencia sobre fútbol y toros en Ulan Bator, llena por lo tanto de mongoles y cacereños.



Españoles, España espera mucho de vosotros y del Nuevo Mundo. Que Colón no era genovés, por cierto.



Sí, ya, bueno, de acuerdo. Si es eso lo que quieres, pues vale, que tú eres mucho de hacerte de rogar, no obstante.



Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo, dijo en el momento de serle implantada una prótesis en el lugar indicado.



Anda en bicicleta, pero a veces se baja y anda con sus propias piernas. Pero se siente incómodo y amenaza con cortárselas y no volver a andar en bicicleta.



Queridos alumnos, espero que estén atentos, porque al final de la clase tendrán que abandonarla y eso es evidente.



No, no y mil veces no. O sí, que no estoy para matices y luego resulta que el amor es hielo quebradizo aproximadamente.








miércoles, 14 de diciembre de 2016

DOCE. VARIACIONES SOBRE EL CONCEPTO DE CONCEPTO.



Como cabe considerar a los patriotas que hemos definido en el escrito anterior personas perfectamente normales (en el sentido de tener la cabeza sobre los hombros), puede uno preguntarse por el auténtico significado que tiene para ellos la palabra a la que venimos aludiendo. Es decir, qué significa “patria”. Etimológicamente está claro que remite a la palabra latina “pater” (diccionario etimológico Corominas), y significa, por lo tanto, tierra de los padres, y generalizando, tierra de los antepasados, a la que uno se siente vinculado por los valores o características a los que ya aludimos y muchos más. En cualquier caso, llama la atención el fervor con el que tales personas aluden a ella, dando la impresión de que incluso podría tratarse de “algo más”. Algo arraigado en su mente, o quizás con más justicia, en su corazón, a lo que se consideran sagrado y digno de una devoción sobre la cual solo cabría situar a Dios, ese otro concepto al que ya aludimos, y que, por decir algo atinado, muchos consideran por encima de todo concepto. Y no creo que sea necesario recurrir aquí al ejemplo que a todos se nos puso en nuestro país cuando éramos unos niños, el de Guzmán el Bueno (valga esto para quien pudiera pensar que hemos dejado de lado a los hijos).
 Llegados aquí, en mi opinión, solo cabe que la palabra que nos ocupa se refiera a algo definitivo, a lo máximo, a aquello, por encima de lo cual no hay nada en este mundo que pueda ni remotamente equiparársele. Y si no me confundo, el valor definitivo de nuestra vida es, precisamente, ella misma, la vida. Amando a la patria, parece ser que uno ama a aquello por lo que paradójicamente está dispuesto a dar la vida, más allá de lo cual no hay nada. Patria es por lo tanto aquello por lo que uno está dispuesto, llegado el caso a morir. Todos recordamos la bella estrofa de Horacio en la oda que compuso conmemorando la guerra de Roma con los partos, “Dulce et decorum est pro patria mori” (“dulce y honorable es morir por la patria”, que tantas veces se ha empleado a lo largo de la historia en los momentos en que los hombres han decidido que morir merecía la pena, lo que habitualmente sucede en las guerras, como es sabido. Y cuando digo “han decidido”, no se me escapa que, en general, no son ellos quienes deciden, sino quienes les mandan.
Claro que, si recordamos lo dicho con anterioridad, resulta que los patriotas tienen un concepto bastante vaporoso de eso que llamamos patria, o lo tienen claro siempre que cumpla determinados requisitos que no es cuestión de repetir. Patria vendría a ser, en resumidas cuentas, lo que ellos quieren que sea, sus valores, por más que no sean enteramente compartidos ¡oh paradoja! por sus compatriotas. Los símbolos de la patria suelen ser la representación definitiva de lo que ellos entienden por tal. La bandera Rojigualda, la Union Jack, la Tricolor o la de Barras y Estrellas, cobran así un protagonismo definitivo ante el que con frecuencia no vale el mejor de los argumentos ni los que aquí se han esgrimido, sin ir más lejos. Y no digamos nada de los himnos nacionales, ante los que los patriotas,  e incluso los que no alardean de serlo, pueden sentir ponérseles la piel de gallina. Y si no me cree, busque en internet y escuche con el volumen bien alto, los himnos nacionales (además del español), de Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Italia, Alemania y Rusia, por poner unos pocos. Es posible que la emoción, incluso a contrapelo, le haga sentirse patriota de muchos países, tal es la fuerza de la música. A ver si al final vamos a ser patriotas de todas las patrias. O de ninguna en particular. Y en buen lío nos hemos metido.
Y no es cuestión para finalizar, hablar aquí de Richard Dawkins, el famoso biólogo y evolucionista británico, para quien, a fin de cuentas, según dice en “El gen egoísta”, todo es cuestión de herencia y la defensa biológica de la tribu.

martes, 13 de diciembre de 2016

VARIACIONES SOBRE EL CONCEPTO DE CONCEPTO. ONCE



Hay conceptos de los que parecen haberse adueñado algunos individuos, normalmente reunidos en ciertas instituciones, que los han hecho suyos, como si ellos mismos los hubieran creado (algo por otro lado no descartable, tiempo atrás). Conceptos a los que aluden con bastante frecuencia y mayor entusiasmo, aunque analizados en detalle resulten un tanto vagos y difíciles de identificar. Son conceptos que se refieren a realidades, por decir algo, a las que han convertido en propiedad privada. Se me ocurren principalmente dos que han tenido un valor en la existencia de los pueblos a lo largo de su historia: patria y dios.
La patria, palabra solemne y repleta de un valor emocional que no admite matices, es un concepto esencial del que hablan habitualmente los militares y al que recurren ciertos políticos en momentos emotivos y en los de crisis, sabiendo el valor de su resonancia. Es un concepto que remite a un valor “esencial” por encima del territorio de que se trate y de sus habitantes. Una idea sublime, casi inmarcesible que, sorprendentemente, ellos suelen ahormar dentro de determinados valores que son su fundamento y que solo a ellos compete definir. Hasta tal punto esto es así, que quienes no los compartan pueden ser tachados de antipatriotas y hasta traidores, aunque se trate de los propios vecinos o habiten en la calle de al lado. A los verdaderos patriotas, según su propio punto de vista, les repugna que se empleen otras palabras en lugar de la que venimos refiriéndonos, dígase nación, país o estado. Patria es algo más, un valor íntimo, sublime que yace en el interior de cada patriota por mucho que a ellos mismos les cueste definirlo. Sin embargo, como se dijo más arriba, quienes se consideran tales, precisan determinadas cualidades que hacen a los individuos más o menos merecedores de tal calificación. En su opinión, alguien que sea monárquico y católico, en principio parece merecerlo más que otro que sea ateo y republicano, por ser el sistema político y la religión dos características muy importantes en tal sentido. Si a ello, siguiendo con nuestro país, por no ir más lejos, añadimos otras características propias de la tierra como los toros, el fútbol y la jota (valga la guasa: aquí caben otras aficiones o amores, propias o no del folclore), miel sobre hojuelas. Y no digamos nada si se añaden la bandera y el himno nacional, símbolos, después de todo que tienen una historia en el tiempo y no son eternos (la bandera de la Armada en tiempos de Carlos III, y la Marcha Real de los Borbones, que se convirtió en himno a principios del siglo pasado).
Concepto pues este de patria un tanto vago, del que parecen estar desterrados quienes no compartan determinados valores con independencia del lugar de nacimiento y la lengua. O estar al corriente de sus obligaciones fiscales. Seguiremos hablando.
De Dios hablaremos en otra ocasión.

domingo, 11 de diciembre de 2016

VARIACIONES SOBRE EL CONCEPTO DE CONCEPTO. DIEZ



La concepción de un concepto puede ser un proceso largo y difícil o corto y simple, y en bastantes ocasiones no tiene mucho que ver con su complejidad. La teoría de la Relatividad Especial de Einstein comenzó cuando a este se le ocurrió imaginar como sería el mundo si viajara sobre un rayo de luz, y solo tardó unos años en formularla. El descubrimiento del bronce, sin embargo, no tuvo lugar hasta que al hombre primitivo se le ocurrió alear al cobre con el cinc, lo que por el contrario, le llevó cientos.



Hay conceptos cuya mera definición entraña un contrasentido, y que, no obstante, pueden servir de fundamento a otros que han tenido un éxito extraordinario a través de la historia. Por ejemplo, el de la Inmaculada Concepción, dogma sin el cual la religión católica no sería lo que ha sido y sigue siendo, pues se sabe con total certeza que una mujer no puede resultar embarazada sin la asistencia de un varón, en la modalidad que hoy se quiera estimar. Y hablar de embarazos histéricos no hace al caso.



El concepto de combustión espontánea no ha sido verificado de manera fehaciente, por más que en determinadas ocasiones los seres humanos padezcan dolores de cabeza o ardores estomacales que parezcan sugerirlo. O ataques de indignación, odio o humillación en el mismo sentido. O enfermedades que suban su temperatura corporal por encima de los cuarenta y dos grados hasta causar su deceso. Una lástima sin duda para los pirómanos, sean estos bomberos o no lo sean.



El gasto de un palaferio podría ser un concepto perfectamente razonable en la mecánica de fluidos, si suponemos que palaferio es sinónimo de grifo, siendo en tal caso el producto de la velocidad de salida del líquido por el área de dicha salida (G=SxV). Dado mi desconocimiento, solo me caben dos soluciones, buscar en wikipedia por si suena la flauta, o ser un físico eminente y un creador de lenguaje al mismo tiempo, lo que siendo poco frecuente pudiera, sin embargo, ser posible.


sábado, 3 de diciembre de 2016

UN DÍA MÁS



Cuando se despertó el dinosaurio todavía estaba allí en absoluto. (1)

Su ausencia la hacía demasiado presente.

Todo tiene un principio dijo al expirar.

El mar, el mar, el mar… insistía. Pero se trataba de un río.

Todo tiene una causa, exclamó la consecuencia.

Abrió los ojos (si tal cosa es posible, naturalmente).

Vive en el subsuelo: se alimenta de tubérculos. No es una rata.

Su valor es equiparable a la cobardía que le hizo famoso.

No quiero volver a verte, pero no me olvides.

Hechos son amores y no buenas canciones, leones… algo de eso.

Su ingenio le convirtió de inmediato en ingeniero.

Un día más, dijo al acostarse .Y al levantarse.

Habrá que tomar medidas, advirtió el sastre.

Has pasado la convocatoria. Ahora tendrás que examinarte.

La vida es lo que tiene, dijo al saltar adónde.

Dios está en todas partes menos en los quarks y las células eucariotas.

Me gustan las definiciones indefinidas.

Ocurría así: llegaba y en efecto.

Los hechos se sucedían. O no. De eso no estoy seguro.

Su belleza hizo imposible nuestro amor.

Nació, vivió y murió. Con eso está todo dicho.

Vete a jugar con los niños que te inventas, Tomasín.

La calle era sinuosa como una serpiente sinuosa, si tal es el caso.

La posibilidad era directamente proporcional a sí misma.

Juega y reflexiona. Y por lo tanto, no juega o no reflexiona.


(1) Con permiso de Augusto Monterroso.