¡Viva España y parte del extranjero! Dicen que decía al pasar la frontera a
la altura de Lérida, pongo por caso.
Porque, no me toques los cojones. Unos con una nómina de diez mil euros y
otros apenas con una de setecientos, cuando si los echas al monte a los
primeros se los comen los lobos y a los segundos está por ver.
Esta labia que tiene no sé de donde le ha llegado, pues su padre era un
cateto y su madre analfabeta…luego Dios existe. No me cabe la menor duda.
Mañana el sol saldrá por Levante y se pondrá por Poniente. No te jode ¡mira
qué listo!
Le dije a Elisa que tenía toda la razón, porque sé que eso la alivia y por
la noche se apresta a faenas impropias de sus habituales dolores de cabeza.
Se masturbaba rítmicamente e incluso con cierto frenesí. Uno, dos, uno,
dos…pero al llegar el momento álgido ni siquiera.
Eres un degenerado, no me cabe la menor duda, pero llegados hasta aquí, te
ruego, por favor, que no pares.
El cielo bellamente estrellado, presentaba asimismo una indudable
luminiscencia anaranjada impropia de los varones de Castilla.
No es necesario que me des explicaciones. Te creo a pesar de todos los
indicios en tu contra, por lo que puedes considerarte de inmediato despedido.
La batalla sucedió de la siguiente manera: llegué, vi y vencí, a pesar de
no llamarme Julio César ni ser romano, y lucir, por el contrario, una cabellera
punk impropia del Imperio o la República.
La aleatoriedad de los acontecimientos, permitió que la situación pronto se
hiciera no solo inmanejable sino difícilmente resoluble con los pies. Y nada
apodíctica.
¡Caballos, caballos, oh lindos corceles! Exclamó el poeta local preso de un
arrobo lírico, que lo condujo directamente a los calabozos del puesto de la
guardia civil, indignada la Superior Autoridad por el empleo de adjetivos fuera
de contexto y los centauros venidos a menos.
Te comprendo hasta límites que ni tú misma puedes imaginar ni yo hubiera
podido admitir antes de llegar aquí. Y todo lo contrario.
El examen será de tipo test. Es decir, no es preciso que se alarguen con
explicaciones que no hacen al caso. Deben ceñirse a constestar sí o no. Y no lo
sé, si no lo saben. O quizás, eso depende de su propia sensibilidad.
Las obras en casa del vecino me van a volver loco. Se suceden los golpes y
ruidos de toda índole, los martillazos y la copla flamenca. Pero sobre todo,
unos silencios impropios de las taladradoras y los martillos neumáticos.
He decidido cambiar de rumbo. Mi vida ya no será lo que ha sido hasta la
fecha ni lo que hubiera podido ser, en caso de que los acontecimientos se
hubieran desarrollado sin solución de continuidad o algo parecido. Creo yo.
Su tenacidad le hacía un rival peligroso. En el ring se comportaba como un
púgil que ha hecho del virtuosismo de su juego de pies su principal arma,
indicada más bien para el ballet o el baile de claqué. Pero el hecho persistía,
y mis jabs, directos y uppercuts se perdían en la inanidad del aire y el humo
de los puros habanos.
Su poesía es lo más parecido que uno pueda imaginarse a la gastronomía,
hecha en exclusiva de feculantes y aparatos digestivos con todas sus
consecuencias.
Todo ha terminado, dijo descerrajándose un tiro en plena sien, para a continuación afirmar
que no todos los suicidios tienen que terminar de la misma manera ni ser
tomados en serio.
En la terapia de grupo nadie abrió la boca, teniendo en cuenta que los
bostezos no son considerados como una expresión con todas las de la ley.
Tu crueldad, perdona que te diga, me hace sonreír. Y pongo a Dios por
testigo que nunca volveré a pasar hambre en la tierra roja de Tara, si no
recuerdo mal.
Adolfo Hitler era al parecer una bellísima persona poseída por un auténtico
hijo de puta con todas sus consecuencias, algo que no siempre ha sido tenido en
cuenta por por sus apologetas ni detractores. Ni sus hagiógrafos, que hay de
todo.
Benito Mussolini, sin embargo, era lisa y llanamente lo que se llama un
maricón cuando se abandona la corrección política y las tautologías. Más aún si
se observa sin prejuicios como se ceñía los pantalones cuando se ponía en
jarras.
Franco, sin embargo, fue un hombre que se merece todos mis respetos, pues
no es fácil llegar al generalato a los 33 años, por más que su voz atiplada
mejor le hubiera ido en el mundo de la lírica, sección de castratti.
¡Arriba los corazones! Exclamó el tipo aquel con pinta de mequetrefe, que
sin embargo, resultó ser un hombre de una pieza, una vez realizada su autopsia.
Sus eyaculaciones, abundantes y tumultuosas, eran impropias de un hombre
recién operado de próstata por hiperplasia benigna de próstata. Pero ahí queda
el hecho para bochorno de los cirujanos más experimentados, y alegría de hombres
y mujeres adictos a las manifestaciones oleosas.
Era ridículo. Lo sé, pero llegado el momento, cuando todos esperaban eso,
yo hacía precisamente eso, pero también lo contrario.
Era aficionado a la masonería, la quiromancia y las misas negras. Pero estas,
solo si eran oficiadas por un senegalés y en la oscuridad, precisamente.
Es el momento de terminar esta locura dijo en el momento en el que su
paroxismo llegó a su punto álgido, hablando de calor y no de frío, como pudiera
parecer, dicho lo dicho.