miércoles, 19 de octubre de 2016

VARIACIONES SOBRE EL CONCEPTO DE CONCEPTO, TRES (ANÁLISIS Y SÍNTESIS)



En un concepto, el análisis precede a la síntesis si se pretende que aquel tenga un contenido que lo defina con cierta verosimilitud. En la mayoría de los casos, sin embargo, la síntesis viene a ser como el sombrero multicolor con el que se toca un payaso, que poco tiene que ver con él mismo.

“Irlanda es una cosa verde” tiene poco que ver con la realidad detallada de ese país, y los irlandeses se sentirían ofendidos e incluso vejados si se le redujera a tal característica, obviando, sin ir más lejos a su afamada cerveza, a Dublín, y los acantilados de Möerh. E incluso al Ulster y el IRA. Tal hecho, sin embargo, tiene su lado real, como puede comprobarse desde un aeroplano los días despejados y sin bruma. Al menos, esa fue la frase que pronunció un piloto alemán de la Lutwaffe cuando se perdió por aquellas latitudes durante la batalla de Inglaterra en la II Guerra Mundial.

Todo análisis conlleva una síntesis de lo analizado, pues en la mayoría de las ocasiones ningún concepto por simple que sea, deja de requerir para su comprensión una condensación de su contenido. Por lo que, en resumidas cuentas, la síntesis suele ser el resumen de otras de menor entidad.

La síntesis de cualquier idea o concepto debe siempre alejarse de toda simplificación. Es muy frecuente que ambos términos se confundan y, por poner solo dos ejemplos sencillos, que los ignorantes acaben identificando al español con un torero y a un inglés con la Torre de Londres o sir Winston Churchill.

El análisis que quiera dar como resultado una síntesis cabal y suficientemente comprensiva de un concepto, no debe perderse en disquisiciones excesivamente pormenorizadas del tema de que se trate, si lo que pretende finalmente, por ejemplo, es llegar a la conclusión de que la lechuga es un vegetal y no “un ente adecuado para las ensaladas en compañía de otros de su de su especie que, como ella, han sufrido los avatares de la fotosíntesis, tan característica del mundo de la botánica, con independencia de que sus frutos sean sorprendentemente colorados”. Suponiendo que estemos hablando de los tomates, claro está.


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