miércoles, 7 de agosto de 2019

DESPERTARES


Se despertó en el preciso momento de bueno usted ya sabe.
El rencor se alimenta de sí mismo, se autofagocita y perdura.
El perdón por el contrario se alimenta del aire. Es anoréxico y así le va.
Les diré algo que les va a conmover. Son ustedes unos hijos de puta pero les amo.
La puerta se abre fácilmente para uno u otro lado con total indiferencia, pero siempre presume de estar cerrada.
El juego consistía en unos para aquí y otros para allá. No hay sin embargo pelota o es dudosa.
La profesora llegaba, nos miraba y decía pues ustedes sabrán. Pero les juro que no lo sabíamos.
El ventilador gira con una indiferencia hecha de puro aire, pero nosotros agradecíamos su desamor desde lo más profundo de nuestros corazones e incluso de nuestra epidermis.
A esas horas de la noche nada tenía sentido. Solo el amanecer a saber cuándo.
Nuestro amor está hecho de puras palabras. Nuestro silencio también, valga la paradoja.
Hemos de dar fin a este desencuentro. Asesíname de una vez por todas, muéstrame al menos tu buena voluntad.
Éramos tres y charlábamos hasta el alba. Luego llegaba el sol y se encargaba de nuestros esqueletos, pero no los contaba.
Están ahí sin pedirme permiso. Me habitan y desde luego me alimentan los muy hijos de puta. Llámalos dientes.
Cae la lluvia mansamente sin atender a razones. Sin ni siquiera voluntad de caer. Lluvia estrictamente lluvia por lo tanto cuando yo esperaba otra cosa.
En algún momento habrá que terminar, dijo, y sacó la pistola. Luego usted ya se imagina, pero no hubo disparos.
Ese placer del vino desciende por donde lo hacen todos los alcoholes cuando la herida también lo merece.
Llegaste como siempre y como ninguna vez supe de un odio hecho de todos los días sin saberlo.
El niño jugaba absolutamente ajeno a un futuro plagado de muertes ajenas. Ajeno el niño por lo tanto a sí mismo.
Te espero y te juro que tendrás lo tuyo, te lo mereces. Solo tus ingles podrán averiguarlo poco más tarde. Imagina si no se trata de idiomas.
Ya basta, ya basta, gritaba el desgraciado, pero quería más y nunca tenía suficiente. Su grito era una súplica y él lo sabía. Y yo también, pero no se lo daba.
Esto mira, coge todo derecho y no hagas caso a las indicaciones en uno u otro sentido. Tú sigue recto, créeme. El barranco siempre está al fondo.
En la fotografía casi todo es redundante plagada como está de desconocidos y por lo tanto a mí qué va usted a contarme.
Bueno, las cosas no siempre tienen que terminar de la misma manera. Con un poco de empeño, incluso cada vez pueden comenzar, si es que tal cosa supone una diferencia, por supuesto.
Pienso en ti esta madrugada en la que sin duda duermes ajena a mis pensamientos. O quizás me sueñas y soy más real que tú misma a mi lado, que de eso nada de nada.
Tu cara, tu pelo, tus ojos, tu mirada. Todo está hecho de ti, pero ya se sabe que yo soy un romántico incurable y sobre todo un poeta. Vete tú por lo tanto a saber de que hablo cuando hablo. Puras palabras, metáforas. Tropos. Nunca se sabe.
La desestructuración de los paramentos supuso para los edificios una quiebra en sus fundamentos más inalienables, y se vinieron abajo con un estrépito horrísono los conceptos más elaborados de la filosofía presocrática, con todo lo que ello supuso asimismo para la civilización occidental. Buda aparte.
Ha llegado el momento. De qué ya es otra cosa. No en vano, permanezco en el lugar me ha sido asignado por quien espera de mi algo más que buenas intenciones. Pero el momento ha llegado, repito, y en esa tesitura quien sabe si me levanto y por fin.
Soy partidario de las conclusiones sin solución de continuidad. Uno empieza y persiste en su labor ignorando lo que pueda echársenos encima. Los tigres de Bengala en cualquier caso no son habituales por estas latitudes, y de otros felinos no se tiene noticia. Y los gatos son adorables cuando no bufan.
Encantado de conocerle y adiós muy buenas, fue siempre su tarjeta de presentación. Nunca se despedía,  o esa era al menos su opinión.
España es una unidad de destino en lo universal, teniendo en cuenta que con tal afirmación nos ceñimos al planeta Tierra, y no consideramos en absoluto otros rincones del sistema solar ni de nuestra galaxia. Y Andrómeda nos coge un poco a desmano. Y me callaré el cinturón de Kuiper y la nube de Oort, no sé si está usted informada.

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