Todo es banal salvo el balano y la desparasitación de los mandriles.
Anda, pasa y observa la noche, las estrellas y la mínima ingeniería de los
escapes de áncora, de los que lamentablemente tú no estás hecho.
A punto ya de salir, don Quijote fue asaltado por una duda en forma de
borrico que él tomó sin embargo por un molino. Sancho Panza, a su lado,
simplemente caminaba ajeno a los gigantes.
No estoy de acuerdo con usted. Ni con usted tampoco, suponiendo que sean
algo diferente. No siempre está claro que los cuerpos sólidos puedan formar
parte de entidades separadas y mutuamente excluyentes.
Los perros ladran. O los ladridos se hacen a sí mismos mediante mecanismos
que nada tienen que ver con los cánidos, ni tampoco con otras entes de cuatro
patas tomados de tres en tres o en solitario, aleatoriamente.
Uno de entre ellos exhibía una dicción primorosa, dejando entrever
mínimamente sus dientes, impropios en cualquier caso de un dragón o incluso de
san Jorge.
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras? preguntó, añadiendo sospechosamente
de inmediato “y que conste que no he leído a Lope para nada”.
El desayuno en la cafetería transcurría con la placidez habitual que suele
acompañar a los refrigerios ligeros. La entrada de la mulata, sin embargo, causó
un inesperado aumento en la vibración interna de los átomos de los clientes, y
por ende de sus moléculas, con la consiguiente generación de energía calorífica
y sus previsibles consecuencias.
Mi quehacer esta mañana consiste básicamente en pasear a lo largo de la
acera recitando a los clásicos, y entre estrofa y estrofa, inspeccionando los
cubos de basura. Nunca está claro donde puede esconderse la belleza.
Tu presencia solo se hace necesaria cuando se instala el vacío, y como
consecuencia proliferan entre nosotros los malentendidos, dada la inexistencia
del éter o cualquier otro medio de comunicación fiable.
Nada humano me es anexo pero tampoco ajeno, dijo el filósofo en un rapto de
indefinición, que sin embargo confirmó la existencia de la teoría de límites e
incluso de los números primos.
Es lo que tienen los trenes manifestó el guardagujas. Uno está allí y
cuando se acercan en línea recta, solo es preciso el manejo de una palanca para
que se alejen de forma oblicua o describiendo una curva cuya belleza solo es
comparable a ciertos amaneceres en Laponia. Dicho lo cual, el jurado le
absolvió a pesar del desastre en la estación y las amputaciones subsiguientes.
No es posible conocerte si no abandonas tu invisibilidad. Tu ausencia
reiterada no logra darte forma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario