viernes, 23 de junio de 2017

BOLTARIZACIONES CATORCE



La transitoriedad de sus decisiones alumbraba unos decretos-ley trufados de un espíritu emparentado con la duda metódica de Descartes.

Vuelve con tus padres, hijo bien amado, los que nunca dejarán de amarte y siempre te considerarán como el fruto colmado de sus noches más locas.

Baja las escaleras pudiendo utilizar el ascensor, y tal cosa hace evidente su necesidad de hacer ejercicio para estar en forma o de romperse la crisma, todo sea dicho, viniendo desde la décima planta y siendo poliomielítico.

Más tarde todo se desarrolló como estaba previsto, pues sus actividades se atienen a un protocolo establecido en la corteza frontal de su encéfalo y las subsiguientes conexiones neuronales hasta llegar al cerebelo.

Ven, Carlitos, no te alejes de mamá. Ella sin ti no sabría caminar como es debido, y tampoco tiene claro que sin tu apoyo y vigilancia constantes, no llegara a perder los papeles y a organizar la de Dios es Cristo.

Al atardecer, y más precisamente en el preciso momento en que el astro rey se ocultaba definitivamente y los últimos destellos de sus luz se hacían visibles en el horizonte, Lorenzo se sentía alcanzado por un agudo sentimiento de melancolía, y aullaba desgarradoramente como el auténtico lobo que decía ser.

Le digo a usted que no necesito para nada los cubiertos, pues suelo comer con las manos. Eso a usted debería tenerle sin cuidado, aunque eso sí, le ruego que en lugar de una servilleta me acerque una toalla de buen tamaño y una palangana con agua.

Dices que después de todo el problema consiste en las serpientes, aunque matices poco después que no son venenosas. Que aunque no lo parezca están en todos lados y se multiplican insidiosamente. Puedes tener razón, no lo dudo, pero no me alivia que añadas que podría ser mucho peor si se tratara de los dragones de Comodo.

Los esqueletos tienen su propia vida en el camposanto como es de todo bien sabido aunque guarden un silencio hipócrita imaginando que deberían estar en el cielo. Juegan a las tabas, como es natural, y a otros juegos de azar bajo sus sepulturas, y los más díscolos encienden fósforos y hacen hogueras. E incluso en los días más señalados organizan verbenas y fuegos artificiales.

La pareja cogidos de las manos se aleja por la alameda componiendo una estampa romántica sin par, que es la envidia de los demás viandantes que se cruzan con ella. Los más perspicaces, sin embargo, tienen sus dudas, pues han creído percibir que soterradamente cada cierto número de pasos se lanzan reproches y se zahieren sin piedad. E incluso llegan a darse punterazos en los tobillos.




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