lunes, 9 de enero de 2017

PARASÍES



La eclosión de los parámetros endilgó los parasíes.

La vertebración de lo informe articuló las mesnadas.

El asunto de la trasnoche estimula a los botijos.

Las gualdrapas del caballo alivia las durezas.

Las interpelaciones llegaban, si, pero también lo contrario.

Busca allá donde precises pero no encuentres buscando.

Su amistad sin abrir la boca consistía en un fino hilo de bramante.

La atmósfera estaba compuesta por una parte de oxígeno y dos de no.

La permutación ordenó los enseres en orden aliciente.

La burocratización de las esferas originó los baldosínes.

Válgame Dios, dijo, y eso le descubrió.

Las espátulas ahorman los andariveles del alma campesina.

La aristocracia adora las esquinas como su propio nombre indica.

Nunca olvidó sus ojos, ni los huecos de sus ojos precisamente.

Las esquelas confirmaron el deceso de los badulaques.

La reorganización del asunto permutó los pareceres.

La orquesta atacó la pieza y se contaron por decenas los muertos en el patio de butacas.

Su negatividad dio pie a la proliferación de los asertos.

La carretera serpenteaba entre montañas nada venenosas.

El zahorí confirmó la presencia de la capa freática y tres baldraques.

Guardó silencio tres minutos y luego abolió a saber qué

Nuestra fraternidad consistía si acaso en parientes lejanos.

Llovían melones y en su interior las pepitas jugaban al mus.

La clonación de las camas originó los baldaquines.

La frustración originó tempestades donde tu espada rememora.

Llegó por fin el fin, exclamó finalmente.

Busca tu camino allí donde se perfila tu lontananza.

El horizonte se desdibuja en líneas verticales y sindicatos obreros.

Nuestra familia fue lo que fue y no fue en absoluto.

Mi reino por un caballo de carreras, exclamo el jockey llamado Ricardo.

Platón vivía en el ágora y odiaba las cuevas, el sol y las ideas.

Aristóteles era, sin embargo, era otra cosa y no jugaba al fútbol en absoluto.

Sócrates sí, pero no en el Curitiba sino en el Santos.

Llueve una fina lluvia de plomo que alea los estaños.

La informatización de los legajos originó el papel de estraza.

Cerró la puerta en vano y se desvaneció.

La voluptuosidad de sus formas nos hizo pagar a escote.

La posibilidad de los días azules subyuga a Dinamarca.

Nunca digas nunca. Y punto jamás.

Los belfos de los corceles enardecen a los arneses.

La soledad del páramo seduce a los cuervos y los psicópatas.

Los golletes de las botellas añoran el gallinero. Usted sabrá.

Hete aquí, por fin, exclamó en el justo momento de ausentarse.

Vilga, valga y lo que usted quiera. Pero no eso.

Los ferrocarriles de vía estrecha son homosexuales se pongan como se pongan.

Se levantó y dijo lo primero que se le vino a la mientes. Mintió.

En el gimnasio tenia relaciones sexuales con todos los aparatos excepto con el propio.

Su heroicidad le hizo buscar enemigos de la patria en los colegios de monjas.

El agua, el mar, los ríos, los lagos, las piscinas, las albercas, los lavabos. Y por fin, tú.

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