sábado, 14 de enero de 2017

HOSTIGAMIENTOS



El funcionamiento de las máquinas hostiga a los caballos.

La visión esteroscópica mortifica a las cebras.

El placer de rascarse disuadió a las histaminas.

Se desliza la tarde, y el humus se acrecienta en los parques.

Las placas tectónicas tocaban sin embargo el piano.

El maremoto, impávido, se hizo un selfie y fracasó.

La venganza es un plato, pero nunca el primero.

El acontecer de los alhelíes desdijo a la floresta.

Supo el psiquiatra la histeria de los hímenes.

El certificado rezaba así: Amén y Ave María.

Tracayumba nunca será tu nombre, por si acaso.

Los adverbios juegan al póker, los verbios no

Adoro el nombre bituminoso de las pizarras y los lapiceros.

La enredadera trepa el descenso de los canalones.

La orfandad de los ñues se acrecienta en el río.

La inquietud de la hoja en blanco no profanada aún.

La derrota final siempre sobre un campo de amapolas.

La devastación del páramo generó la arboleda.

Muere por fin la muerte de tanta vana espera.

La enfermedad del bosque se hizo viral de champiñones.

Dijo fin por fin la finitud, y expiró.

La decrepitud de los voltios extinguió los electrones.

Tu amor, siempre tu amor, por fin tu amor. Debió ser eso.

El precio del tabaco traicionó a los enfisemas.

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