Como todo el
mundo tiene una idea aproximada de lo que se quiere decir con el título que
encabeza estas líneas, no nos entretendremos tratando de explicarlo, pues
aunque es posible que haya un porcentaje que no lo tenga claro, no sería
significativo. Estando de acuerdo en esto, puede, sin embargo, existir gente
que dude del significado exacto de lo enunciado, porque una cosa es
estrictamente beber, y otra “empinar el codo”, como popularmente se dice.
En cualquiera de ambos casos, nos atrevemos a
afirmar, que lo que debe hacerse en esa tesitura es beber algo en estado
líquido, quedando prohibidos los sólidos y los materiales gaseosos. Y esto de
ninguna de las maneras puede considerarse una discriminación, sino debido a la
estructura de de la garganta y el aparato digestivo, pero sobre todo, a los
diferentes estados de la materia sobre la superficie del planeta y su utilidad
para los seres que lo habitan. Otro aspecto que cabe aquí considerar, antes de
meternos en la cuestión a fondo, es que una vez que se decide beber, debe
comprarse de antemano la viscosidad del líquido (que no llegue a la de la
silicona, por decir algo evidente), y que no es venenoso, por lo que se
desaconsejan la lejía, el amoniaco, y en general, los líquidos desatascadores y
matarratas. Y el sidol.
Dicho esto a
modo de advertencia previa, podemos seguir adelante con la seguridad de no
haber inducido a error a los lectores que creyesen que podían beber cualquier
tipo de líquido, con independencia de su composición. Y no es así, por lo que
se ruega encarecidamente que tampoco beban ácido sulfúrico.
Para empezar
vaya por delante que para beber usted debe tener boca, algo que puede comprobar
de varias maneras, como por ejemplo, llevándose una mano hacia la zona de la
cara donde suele estar ubicada, y empujando varios dedos hacia adentro. Si
logra penetrar, está claro: sí la tiene, aunque para ello haya tenido que
apartar los dientes (el cómo, no nos atañe). Otra forma posible es mirarse al
espejo, separar los labios, y comprobar que existe un agujero. Si es así, no le
dé más vueltas: se trata de eso. Otra manera posible, sería verificar si sabe
hacer lo que en el diccionario de la
Real Academia de la Lengua (y otros) define como “tragar”. Para ello debe
realizar una serie de movimientos (parecidos al peristaltismo intestinal) al
fondo de esa estructura que acabamos de mencionar, y comprobar que “sucede
algo” en la parte delantera del cuello. Bien, pues a eso se llama tragar, acción
fundamental para poder beber y para cualquier otro tipo de deglución. En los
varones tal cosa resulta más sencilla al estar dotados de una nuez prominente,
y resultar más visible el fenómeno. En cualquier caso, si quiere ahorrar tiempo
y movimientos innecesarios, pruebe, por ejemplo, a decir “veintisiete”, si lo
logra, no lo dude: usted tiene boca. Incluso si solo acierta a decir “mu”, como
al parecer suele ser su costumbre. Si a pesar de todo, no quiere soportar las
mínimas molestias de cualquiera de las acciones mencionadas más arriba, trate
de recordar si esta mañana ha desayunado. En caso afirmativo: boca confirmada.
En otro caso, no se alarme y proceda según lo indicado, teniendo en mente que
en el peor de ellos podría ser hidratado por sonda. Y para terminar este
apartado, le recordamos que la boca tiene labios, dientes, lengua, cielo de
paladar y úvula, pero no se demore observándolos, porque a poco que lo haga
podría morir de sed.
De todas
maneras, como ya se apuntó más arriba, puede no tratarse de beber strictu
sensu, sino de su necesidad imperiosa de darse una alegría a base de alcoholes
en cualquiera de sus formas, ya sean por maduración o destilado. En ese caso
sepa que verdaderamente “beber” se emplea como una metáfora de su significado
primordial, aquel que se refiere al hecho de introducir agua en nuestro organismo
para seguir vivos. Para evitar confusiones, en determinados países de América
latina, cuando se trata de esta modalidad, se opta por el verbo “tomar”. De
todas maneras, trate de no confundir el puro agua de manantial (o de grifo) con
la ginebra, el resultado en caso de una ingesta masiva y precipitada de una
botella de esta, le puede llevar a Urgencias con diagnóstico incierto. Fíjese
en la etiqueta, suele figurar bien claro. En caso de beber agua del grifo no
hay problema, porque no es habitual que el Canal suministre líquidos
aguardentosos por esa vía. Sepa, en cualquier caso, que en las canalizaciones
al efecto, viven (y, al parecer, disfrutan) millones de bacterias que puede resultarle
perjudiciales si no está habituado. Se desaconseja vivamente beber directamente
del grifo, porque en sus proximidades las susodichas parecen estar más
alteradas y ser más peligrosas (y lo mismo podría decirse de las cantimploras
poco utilizadas).
También pueden
ingerirse otros tipos de líquidos beneficiosos para el organismo, siempre que
sean tomados en cantidades discretas, a saber: refrescos de distintos sabores,
té, infusiones variadas como el poleo y la manzanilla, y el café. Con este sin
embargo ha de procurar ser comedido, si quiere irse a la cama sin riesgo de
insomnio y la tensión por las nubes. Y lógicamente coca-cola envasada o a
granel, en cualquiera de sus modalidades. Si el líquido resulta ser
estrictamente blanco, casi con toda seguridad se trata de leche, un extraño
producto que se obtiene de las vacas jalando con energía de sus ubres, algo que
se ha vuelto habitual en Occidente desde hace centenares de años,
convirtiéndose así sus habitantes en los únicos seres vivos que siendo adultos
hacen tal cosa. Pregúntele a los leones, si tiene alguna duda. Los japoneses
también son reacios a hacerlo a pesar de la presión a la que son sometidos por
las industrias lácteas, pero afortunadamente prefieren quedarse son su bebida
nacional, el sake. Y ante el peligro en ciernes, parece que el emperador se va
a dirigir a la nación para que persevere en la veneración de sus tradiciones
nacionales: los samurais y los kamikazes. Pero sobre todo, ese ancestral licor,
que tantos héroes ha proporcionado a la nación del sol naciente (y sin el cual
es posible que los anteriores no hubieran existido).
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