sábado, 31 de marzo de 2018

Z (zeta)

Z se levanta todas las mañanas y lo primero que hace, aparte de las rutinas habituales, es ponerse el sombrero. Luego baja a la calle y manifiesta a quien quiera oírle que no sabría vivir de otra manera, aunque una posible solución sería, añade poco después en tono escéptico, ponerse una boina.

Z escribe a deshoras, lo que quiere decir que lo hace precisamente en los momentos que no debería hacerlo, pues no le apetece en absoluto. Posiblemente esa fuera la disculpa que pondría en caso de no vender ningún libro, si por fin se decidiera a publicar lo escrito, claro está.

Z piensa demasiado. Eso es al menos lo que le dice un psicoterapeuta al que ha acudido por sus supuestos problemas, consistentes por cierto en que, según su parecer, piensa demasiado, y en ese sentido ambos están de acuerdo. Los cien euros de los honorarios de la consulta para tan magro resultado son otro cantar, dice él al despedirse.

Z, al tiempo que piensa en exceso, no deja de caminar. O viceversa, que no está tan claro, pues hace las dos cosas simultáneamente, y no hay manera de averiguar cual de ambas actividades precede a la otra. El hecho de bracear le tiene sin cuidado.

Z, en resumidas cuentas, es una persona problemática, y aunque se queja de sus dificultades, muchos son de la opinión de que en el fondo, se siente orgullosa y se califica a sí misma como una persona complicada pero muy interesante.

Z acude a la orilla del río con tanta frecuencia como es capaz, es decir, todos los días a no ser que esté lloviendo a mares, dado que vive a escasos doscientos metros del mismo. Hasta tal punto es esto cierto, que cuando baja crecido ni siquiera tiene que moverse del salón de su casa por razones fácilmente comprensibles.

Z, en opinión de quienes le conocen bien, es un experto nadador, algo que no es de extrañar si se tiene en cuenta lo dicho con anterioridad. De hecho, cuando hace buen tiempo es frecuente  verlo en el agua. El que solo haga el muerto  o nade estilo rana no dice nada en su favor, pero en su opinión, no tiene ninguna importancia.

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