jueves, 29 de marzo de 2018

GILIPOLLECES A GRANEL


Un día sin venir a cuento, Ernesto Gómez Moratinos se dijo para su  fuero interno ¿pero yo quien coño soy? Y no hallando respuesta, abrió la ventana de su habitación y saltó al vacío, lo que como es de suponer hizo que al día siguiente su familia al completo vistiera de luto. E incluso que la mayoría pensara, también para sus adentros, que lo que había sucedido cabía dentro de lo normal, porque Ernesto estaba como una chota.

Un día de manera absolutamente imprevista, Ernesto Jiménez Sandoval se dirigió a su amigo íntimo Lucas Papadopoulos Ramírez y le dijo ¿y usted quien coño es? Este, como es natural, no se entretuvo en darle explicaciones, y simplemente le contestó: “un primo de su puñetera madre, no te jode”. A lo que a su vez, Ernesto con una amplia sonrisa respondió: “Ah, entonces, bueno”.

Un día cualquiera los vecinos de Ernesto González-Dip se dieron cuenta de que este solo decía gilipolleces. Por ejemplo: “¿y por qué mañana no nos vamos todos de acampada?” o “¿y por que no organizamos una timba ahora mismo?” Al principio la situación se hizo bastante tensa, pues no es fácil vivir en las proximidades de un aventado, pero pronto se dieron cuenta de que Ernesto volvía de inmediato a su ser si se le respondía ¿y tú por qué no te vas a tomar por el culo pero ya?

Un día por la mañana a las diez y veinte en punto, a Ernesto Fernández Dovizioso le dio por mirarse las manos con arrobo y exclamar “¡es que son verdaderamente hermosas aunque me hubieran gustado aún más si tuvieran membranas interdigitales!” para a continuación caer en un mutismo absoluto hasta dos horas después, momento en el que volvía a repetir la frase exactamente lo mismo pero en pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario