martes, 30 de octubre de 2012

URGENCIAS (El diario del doctor Mateo)


El paciente XY me inquieta. Dada mi profesión no debería ser así: soy psiquiatra desde los veinticinco años. Dice que ha visto al Redentor, algo absolutamente común entre este tipo de chiflados, pero lo describe con tal pasión y verismo que en el fondo me pregunto si no será verdad. (De todas maneras, este mes he tenido dos Jesucristos y un musulmán que decía haber visto a Alá “en carne y hueso”). Debo seguir su evolución al detalle. De momento le dejamos en la UCI. Está muy agitado y tiene algo de temperatura. Si he de ser sincero debo confesar que no sé con exactitud por qué me inquieta, pero creo que me ha cogido manía nada más verme.

Hemos logrado calmarle, me refiero a XY, pero ha habido que meterle una buena dosis. Creo que este tipo nos va a dar más problemas de los habituales, en que estas chaladuras se les pasan a los pocos días. Es imposible bajarle a planta a no ser totalmente sedado y no es conveniente porque tiene dificultades respiratorias. De todas maneras, lo más sorprendente hoy es que en un momento dado pareció tranquilizarse y nos pidió un sudoku, dice que le relajan mucho.

Al final el otro día le dimos un libro entero de sudokus, y el panorama cambió totalmente. Le hemos bajado a planta. Tiene mejor aspecto y su temperatura, tensión y aspecto general han mejorado mucho. A pesar de todo, cuando le visito creo percibir que recela de mí, y que cuando le hablo tratando de entenderle un poco más, se ríe por lo bajo y hace unos gestos que cree que me despistan y achaco a su locura, pero en el fondo creo que me está tomando el pelo.

No se me va de la cabeza la imagen del Redentor que describió el día de su ingreso con tanta precisión. Dijo que era alto, guapo, con el pelo oscuro sin llegar a negro, y con una barba entrecana que le sentaba muy bien, y luego se extendió en cantidad de detalles que ocuparían el resto de este folio, de los que solo destaco la que me pareció más singular, y es que hablaba en euskera (algo, sin embargo, bastante normal, teniendo en cuenta que XY es de Lequeitio).

Me he afeitado y teñido el pelo de rubio. Tengo la convicción de que ese pájaro, hablo de XY naturalmente, me estaba tomando por el Redentor (me parezco bastante a su descripción), y que su mirada inquisitiva respondía simplemente a una especie de veneración que sentía por mí, aunque yo lo hubiera interpretado de manera menos favorable.

Este tipo cada día me cae mejor, aunque temo que pronto le den de alta porque el doctor Estébanez, mi compañero en esta área, dice que cree que XY finge, y que ingresó con el único objetivo de pasar un mes ingresado sin gastarse un duro. Le voy a decir que no estoy de acuerdo, aduciendo que ahora dice ver el mundo exclusivamente en cuadrículas, como si estuviera mirando a través de una ventana y que tal cosa hay que estudiarla.

El doctor Peribañez de Oftalmología es de la opinión que XY ve perfectamente y que dice lo que dice para seguir internado, porque de acuerdo con las pruebas que le ha practicado con su equipo portátil no tiene “degeneración macular” ni nada que se le parezca, aunque también es posible “que de tanto sudoku se le esté yendo la olla” (sic).

Ayer en la visita de planta ocurrió un incidente desagradable. XY me recibió de rodillas, y nada más entrar, me llamó Señor y me besó los zapatos. Estaban presentes la enfermera y Estébanez, por lo que la situación fue más que tensa, ridícula. Además había llovido, tenía los zapatos sucios y se puso la cara hecha un cristo (nunca mejor dicho). Logramos calmarle con buenas palabras, a lo que él respondió: “solo me falta una vertical, pero no pueden ser ni el seis ni el siete”.

Ayer por la tarde XY, aprovechando al parecer que la enfermera había ido al servicio, desapareció sin dejar rastro, o mejor dicho dejando como recuerdo un escapulario de los Sagrados Corazones. Nadie se dio cuenta: me lo quedaré. Quizás sea un primer paso para encontrarle. Me voy a dejar otra vez la barba y a decolorarme el pelo. Le voy a buscar. No puedo vivir sin él. Quiero volver a ser su Redentor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario