viernes, 29 de marzo de 2019

ANTONIA


ANTONIA (*)

Pues yo no lo entiendo porque ahora resulta que todas se llaman Antonia. Quiero decir, para que se me entienda, por ejemplo, que llega la primera y dice “Me llamo Antonia”. Y yo le contesto “pues estupendo, Antonia, ya sabe lo que tiene que hacer, así que ¡hala, a trabajar! Pero un rato después llega otra parecida y dice “Buenos días, me llamo Antonia” Y yo extrañada, le digo “ ¿Antonia? pero si ya hace un rato que vino una Antonia”. “Sí, la conozco, pero esa es Antonia Alicia. Yo soy Antonia Antonia, que no es lo mismo. “¡Ah, bueno, pues entonces pase usted, y a trabajar que hay mucha faena, Antonia Antonia!” le digo.
                      Y de esta manera pasé toda la mañana. En total quince Antonias solo diferenciadas por su segundo nombre, que por cierto, todos empiezan también con una A, aunque ya la última me advirtió que a partir de la siguiente empezarían por B. Y así fue, la número dieciséis se llama Antonia Brigitte, dice que es de origen francés y se lo pusieron “por lo de Brigitte Bardot esa”, que fue tan famosa en su época. Yo le contesté que cogiera el mocho y se dejara de pamplinas que había mucha labor.
     Y en esas estamos, y digo yo que la Policía en menudo lío se ha metido. Bueno, la han metido, los del Registro Civill o los curas en el bautismo con el asunto de las Antonias, porque a partir de cualquier crimen cometido por una Antonia, el asunto se convierte en un jeroglífico para averiguar quien es la asesina. En mi opinión, lo lógico sería suprimir a todas “el Antonia” y quedarse solo con el segundo nombre y la cosa quedaría bastante más despejada: Ana, Alicia, Adela, Amalia, Amelia…lo que usted quiera, pero sería mucho más fácil. Pero las interesadas no están de acuerdo y todas reivindican la autenticidad de su primer nombre. ¡Vaya por Dios, va a resultar que  el asunto se va a convertir en un problema insoluble!
         Quizás lo mejor va a ser prescindir del servicio doméstico y que todas esta chicas se dediquen a otra cosa, por ejemplo a  cajeritas de Carrefour, y quien dice cajeras dice astronautas, que sería muy divertido y que también empieza por “a”. Por ejemplo, se oye por megafonía “A ver, que se presente en el cohete la astronauta Amelia…” No me diga que no tendría su gracia. Resultaría bastante chulo. Aunque la astronauta Antonia Amelia también tendría su apaño. Creo que usted me entiende. Urge solucionar el problema de la Antonias. A lo mejor no es mala idea operar a unas cuantas y cambiarlas de sexo, al menos así tendríamos a varios Antonios, que es bastante popular y socorrido: Tono, Tonio, Toño, Antón.. “El señorito Antonio que se presente de inmediato en la caja número siete”. Mola. Creo que al final va a ser lo mejor.

                                                                  Buenos días a todos
                                                                                                 Fdo:  ANTONIA (la auténtica)

(*)    Basado en un hecho real.

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