miércoles, 2 de mayo de 2018

WALKING 2


Entonces me dirigía a ti y te recriminaba algo: me dolía lo que percibía como abandono. Tanto te necesitaba que creía que a pesar de mis injustificados reproches, podrías consolarme. Ahora comprendo que tal cosa era imposible pues en esos momentos no  hablabas conmigo sino con alguien a quién desconocías. Bajaba las escaleras agitado, escuchando unas voces desconocidas acusándome de historias que nada tenían que ver conmigo. Paseaba simulando que nada sucedía, daba vueltas y vueltas tratando de olvidar, mirando a quienes se cruzaban conmigo con la intensidad que un naufrago percibe un espejismo. Hablaba conmigo mismo esperando que mi voz fuera percibida como una baliza ó un faro en alta mar. Pero todo era inútil, y al regresar sólo encontraba tu miedo y las puertas cerradas. Y luego estaban ellos con quien te refugiabas alzando una muralla entre nosotros. Rehenes, pensaba entonces de tu incomprensión y desamor. Presas fáciles de un cariño que a mi me hurtabas. Entonces, como un demonio enajenado, empecé a quererles y a odiarles al mismo tiempo, desesperadamente, buscando un resquicio por donde pudiera acercarme a ellos sin tu presencia. Pero cada vez que estaba a punto de lograrlo arreciaban las voces acusadoras, el complot que con ellos habías urdido contra mí.

Y llegó el día insoportable que, en tu ausencia, pensé que el pequeño me atacaba rencoroso gritando ¡mamá!¡mamá! Y no recuerdo más: un cuchillo y una ventana abierta, y la sangre y los alaridos trepando de la calle como enredaderas putrefactas. Y el salto y mi muerte que al fin no llegó a pesar de la suya.

¿Qué puedo hacer ahora cuando todo se desdibuja y tú no estás? Pasear alrededor de lo que fue nuestra casa que no pude ni supe cuidar. Mirar hacia arriba donde una vez estuvo mi corazón y el tuyo. Abrirme las venas, levantarme las uñas, quebrarme los brazos, arrancarme la piel, abrirme en canal  para que me quieras.

Pero no ha de ser y bajo la bóveda del cielo solo me queda andar sin descanso, sin rumbo. Sin fin. Debe ser así la pena para quienes matan al niño que fueron.


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