miércoles, 17 de enero de 2018

LLIBERTAT



Vamos a ver qué se puede hacer con Cataluña definitivamente. O mejor con Catalunya, que a esa banda de aventados no les gusta la eñe, tócate los cataplines, los muy estetas. Digo yo que será por eso, una cuestión de formas, porque esta gente cuando se pone fina se pone insoportable, con independencia de que a Josep Pla tuviera pinta de garrulo y ellos mismos, o buena parte, sean mucho de subirse en los tractores y desfilar por la Diagonal, el Paseo de Gracia o donde se les ponga en los cuillons, que tampoco cojones les parece la palabra adecuada ¡Tócatelos!
          Lo cierto, con independencia de lo antedicho, es que a esa banda de indocumentados les ha dado por separarse del resto del país. A tomar por el culo, dicen, los de Jaén, La Bureba y A Costa da Morte, que nosotros somos mejores y no hay butifarra como la nuestra. Y a donde va a parar la sardana con esa mariconada de la muñeira, con su gaita, sus falditas y toda la hostia. Porque aunque sedicentes pacifistas, cuando se desmelenan (¿os acordáis de los anarquistas de los treinta?) se pasan el diccionario por el arco del triunfo, y las palabras en su boca se vuelven truños. Que si somos más listos, más guapos y más europeos. Y nada neandertales como vosotros, que lleváis en vuestro ADN el estigma del prognatismo, siendo lo más parecido a una banda de catetos, dicen de los castellanos, los andaluces y los riojanos. E incluso de los aragoneses, sus vecinos y superiores de toda la vida. Y no me digas nada de la cosa esa como que se cae todo el rato, y de la que ahora se sienten tan orgullosos desde que los japoneses no paran de hacerle fotos. La Sagrada Familia, ese soufflé tembloroso a punto de derretirse y que ellos equiparan con las catedrales de Burgos y León juntas, por decir solo un par de ellas sin pasar la frontera.
         Qué me decís de ese pijerío encorbatado, y de esas señoras con traje sastre todo el tiempo que se equiparan a Espartaco contra la tiranía de los emperadores romanos, y se consideran víctimas de los de la piel de toro que les roba, les humilla y les zahiere. Ellos y ellas, todos tan pulcros y aseados, venga a entrar y salir de las cárceles más distinguidas de la meseta castellana sin que se les mueva un pelo.
¡Llibertat! ¡Llibertat! Llegan a gritar los universitarios irredentos, ay que joderse, de las universidades catalanas ¡Serán caraduras, sabrán ellos lo que es la esclavitud! A Kunta-Kinte habría que presentarles para que vieran lo que verdaderamente es un hombre humillado. O mandarles a los campos de algodón de Luisiana bajo la bota de los confederados, para que tuvieran un mínimo atisbo de lo que es verdaderamente pasarlas putas. Y gritan llibertat! Ay que joderse con sus polos de Ralh Lauren y pantalones docker. Habría que echarles un documental de Mathausen, o simplemente solo uno de las Hurdes en tiempos de su Excelencia, para que vieran lo que eran la sumisión y la pobreza ¡No te jode con los pijos!
        Pero esto no es todo.

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