miércoles, 12 de diciembre de 2012

PRESENTACION

Esta presentación, en lo que a mí concierne, consta de tres partes, a, b y c, como podrán ver a continuación.
a) Generalidades
Queridas amigas y amigos, si recurro a leer lo que viene a continuación, es, como bien podéis suponer, porque no estoy acostumbrado a improvisar y así me resulta más fácil. No quiero, sin embargo, que os llaméis a engaño, debéis saber que en su día, eran otras circunstancias, e incluso llegué a soltar pequeñas arengas a ciertos grupos de personas reunidas a mi alrededor, aunque, si he de ser totalmente sincero, no lo hacían motu propio, sino que no tenían otro remedio. Cada cual podéis pensar lo que queráis, después de todo la Plaza de Oriente no está tan lejos y siempre hay autobuses dispuestos a ser fletados. Fin de este apartado. Estamos pues aquí reunidos, como antes os ha dicho mi amigo Antonio, para presentar unos libros que he escrito en los últimos tiempos, o que se han escrito ellos mismos, pues como ya habréis oído decir, a partir de cierto momento los personajes de una novela, una narración o incluso de una poesía toman el mando y el autor pasa a la retaguardia. Claro que aquí no se trata, como bien podéis imaginar de retaguardias, donde como sin duda sabéis en determinadas situaciones se cometen auténticas salvajadas, sino de la modestia (con perdón) de unos libros escritos a contracorriente, y en mi opinión difícilmente clasificables, y lo digo yo, que, al menos en teoría, soy su autor. Estos escritos tienen en general una ventaja que quiero recalcar de inmediato, se trata de narraciones breves que uno puede abandonar en cuanto quiera para pasar a la siguiente, etc (de la poesía se puede decir lo mismo) o incluso abandonar definitivamente sin gran merma de la propia autoestima (algo que, por ejemplo, no pasaría con “El Quijote”). Es esto algo muy útil para leer en el Metro o poco antes de dormir, en esos momentos en que, vencidos por el sueño, los libros se nos caen de las manos. No se trata pues de “Los hermanos Karamazov”, de “Guerra y paz” ni de Madame Bovary, en los que saltarse una página nos puede dejar in albis el resto de la trama. Quiero sin embargo advertir que algunos tienen su intríngulis, y dentro del escenario (esto es una metáfora, como bien comprenderéis) puede haber más de lo que parece a primera vista. Hay narraciones poéticas, dramáticas, y sobre todo, irónicas y satíricas, en los que el autor, camufla con humor lo que el lector debe llegar a descifrar. Vosotros tenéis la palabra.

2) Biografía del autor.
Nací por casualidad en un pueblo de Santander, de cuyo nombre me acuerdo perfectamente, pero no viene al caso, siendo mi madre de Madrid (Madre-Madrid, que casualidad, mira por donde) y mi padre de Huesca. Estudié el Bachillerato allí mismo, e ingresé en la Marina a los dieciocho años aproximadamente, poco después de que me saliera la barba. Permanecí en ella otros veinticinco, en los que no tuve que invadir ningún país ni siquiera defender el propio, aunque estaba bien entrenado y era apto. Estudié Periodismo en mis horas libres, y para finalizarlo hice una especie de tesina sobre un tipo que escribía muy bien, aunque fuera algo inquietante y tuviera una especial querencia por las cucarachas (ya saben), tras lo cual estuve a punto de estudiar entomología, dada mi querencia por los dípteros, coleópteros y artrópodos de cualquier orden. A los cuarenta y tres años, dije adiós a las armas, y me dediqué durante un breve periodo a la venta de circuitos cerrados de televisión, volumétricos, cerraduras, y en general, candados de todo tipo. Poco después, dada mi afición y cualidades medias, me dediqué a la enseñanza del tenis tras sacar los títulos correspondientes en la Federación Nacional del gremio. En este sentido, rogaría a los principiantes que no se obstinen con el revés liftado a un a mano: es complicado. Recomiendo el revés a dos manos, útil también para quien quiera pasarse al golf, e incluso para quien se decida por el toreo de salón. Y aquí estoy ahora, dedicándome estos últimos años a escribir sobre cualquier cosa que me venga a la cabeza, e incluso a cualquier otro lugar de mi anatomía que aunque no sea  llamado así, cumple, llegado el momento, unas funciones parecidas e incluso superiores.  e igual de rigurosas.
3) Otros (como se escribe un relato)
Un vaso de vino
Una nariz
Una peluca
Un sombrero

Eso es todo. Muchas gracias.

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