El tiempo no existe
dicen los sabios.
Y por lo tanto
sobran las palabras.
Decir día, noche o
mañana
es decir nada.
Y debería callarme
Si hablase de meses o años.
Eones, periodos o
eras.
Temprano volveremos
tú y yo, sin embargo, a vernos
ajenos a las teorías y
solo conscientes de la realidad
de nuestros cuerpos
donde quiera
que se encuentren.
Que el tiempo no exista
no significa
para nada tu ausencia.
Sólo átomos, arqueas
o bacterias.
Pero sobre nosotros,
mi amor, inasequibles
a los desencuentros.
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