domingo, 26 de febrero de 2017

EREMITAS



El entusiasmo de los aficionados ofuscaba a los estadios.

La lejanía de los pájaros inventó las golondrinas.

La aridez del desierto convocó a los eremitas.

La devoción de los monjes ruborizaba a las vírgenes.

La vulgaridad de sus maneras irritaba a los pedantes.

La pasión de los adolescentes atoraba los desagües.

La frugalidad de los condumios ahuyentaba a los obesos.

El rencor de los justos atraía a los centuriones.

La proliferación de cirróticos disuadía a los alcohólicos.

La ausencia de mandrágoras ahuyentó a la fantasía.

El fulgor de su mirada desmentía su ceguera.

La proliferación de abedules seducía a la sabana.

La persistencia del deseo desató los mecanismos.

La intensidad de la fiebre desubicó a los termómetros.

La profundidad de su amor embarazaba a las púberes.

La perspicacia de su ingenio acomplejaba a los sabios.

El lirismo de su poesía martirizaba a las rosas.

La calidez de su voz desmentía a los terciopelos.

La inconstancia de su conducta competía con los semáforos.

La velocidad de sus latidos aliviaba a los despertadores.

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