domingo, 26 de febrero de 2017

EREMITAS



El entusiasmo de los aficionados ofuscaba a los estadios.

La lejanía de los pájaros inventó las golondrinas.

La aridez del desierto convocó a los eremitas.

La devoción de los monjes ruborizaba a las vírgenes.

La vulgaridad de sus maneras irritaba a los pedantes.

La pasión de los adolescentes atoraba los desagües.

La frugalidad de los condumios ahuyentaba a los obesos.

El rencor de los justos atraía a los centuriones.

La proliferación de cirróticos disuadía a los alcohólicos.

La ausencia de mandrágoras ahuyentó a la fantasía.

El fulgor de su mirada desmentía su ceguera.

La proliferación de abedules seducía a la sabana.

La persistencia del deseo desató los mecanismos.

La intensidad de la fiebre desubicó a los termómetros.

La profundidad de su amor embarazaba a las púberes.

La perspicacia de su ingenio acomplejaba a los sabios.

El lirismo de su poesía martirizaba a las rosas.

La calidez de su voz desmentía a los terciopelos.

La inconstancia de su conducta competía con los semáforos.

La velocidad de sus latidos aliviaba a los despertadores.

viernes, 24 de febrero de 2017

VANIDAD



Existen los no nombrados, los desaparecidos, gente que uno ve un día, señala y luego olvida. Personajes que desde ese momento en adelante poblarán sin embargo nuestros sueños. Héroes quizás que debimos conocer y hubieran supuesto la posibilidad de un rumbo nuevo en nuestras vidas. O seres quizás insignificantes que hubieran hecho nuestro devenir aún más miserable. La posibilidad por lo tanto ante nuestros ojos de encerrarlos a todos en un desván y dejar que el tiempo los pudra o el fuego los abrase por haber irrumpido en la vulgaridad de nuestras vidas.

Una tarde cualquiera de un día cualquiera en cualquier lugar y tú allí. Tú, como siempre, con un deseo que no llenan las expectativas ni una cita esa tarde. Ni una ropa de marca. Tú, como en tantos momentos, pretendiendo que tu deseo debe estar precisamente allí sin más demoras. Ignorancia del tiempo pasado cuando tus manos vacías eran algo más que un mal presagio

Esta enfermedad que me alivia de otra sin solución, pues en eso consiste la vida a plazo fijo. Alquimia para evitar lo inevitable, para evitar lo que nunca se ausenta. Saber vivir con un puñal clavado en la espalda y sonreír a los amaneceres. Quizás ser hombre consiste en eso. Triste destino o destino glorioso de los héroes de la Homero. Troya siempre presente.

Nos volvimos a ver cuando ya las palabras nos habían deshabitado y nuestra voz solo podía ser una mirada perdida. Lo intentamos, recuerda, y pudimos percibir en nuestras bocas el furor y la dulzura agrupados como entonces. Pero la incapacidad se había adueñado de nuestros pasos y nos alejamos finalmente con el pretexto de una insignificancia. Mentiras que surgen espontáneas cuando el deseo y la lealtad llegan a ser palabras vanas.

martes, 21 de febrero de 2017

HEROÍSMOS



La desesperación del bien nacido ahorma a los obtusos, los que dijeron de ahora en adelante sí y más tarde resultó en todo caso. Las sepulturas siempre están abiertas y aguardan con paciencia infinita el humus no descansa y la corteza de la tierra es lo que tiene cuando el mar se levanta y el tsunami que somos descarga finalmente su injusticia. En poniente seamos sinceros se cierne la verdad aunque no sea esa la forma ni proceda de allí el que impera sol absurdo que justifica todas las atrocidades y los asesinatos desde que el mundo es mundo. La lluvia nunca engaña ten eso en cuenta cuando decidas mudarte cambiar de rumbo esperar que en otro lugar todo será distinto pero los sables son espadas aquí y en Bizancio. Y las cabezas ruedan porque Atila está en todas partes por mucha resina que exuden los abetos cerca del polo quizás o quizás no. Esta es la forma de averiguar la verdad o al menos la certeza de lo inútil volver hacia atrás la mirada con Lot fue suficiente y las llamas y la lluvia de azufre fueron el resultado y la verificación de la derrota. Quizás todo consista en tomar nota de los acontecimientos observar como todo sucede, y como un amanuense responsable dar cuenta de lo acaecido sin tergiversaciones ni sesgos tendenciosos la honra solo acompaña a los sinceros que se arrancan el corazón cuando llega el momento y se limitan a ser testigos objetivos a pesar de Ortega o Marañón que ya no recuerdo. Minucias comparadas con oriente donde los samurais escalan las azoteas y proceden con el vigor que es de esperar de los que juraron amor eterno a la patria aunque la patria solo sea lo que albergan sus magínes no otra realidad. En eso consiste el heroísmo de los homicidas promesas banderas himnos canciones de la tierra que cobran en sus gargantas la dignidad el honor de morir merece la pena. Luego llegará Saturno o cualquiera de los planetas gaseosos y pondrán punto final a este desvarío al tiempo que todo cobra sentido y La Tierra se adentre en el cosmos siguiendo una eclíptica que por primera vez no solo será la suya. Ese será sin duda alguna el sino de los bien nacidos y los hijos de puta navegar por los espacios siderales con la convicción de que de ahora en adelante todo será diáfano y los fuegos de san Telmo buscarán acomodo en las bisectrices que a partir de ese momento serán la única figura geométrica que merezca la pena. Alma del animal errante el que quiso saber y a la postre yacerá con el gusano y su larva donde yacen los objetos estelares excesivamente densos, incapaces por tanto siquiera de dar luz.

ICTIOLOGÍAS



La descripción fue la siguiente incapaz de precisar si la pared era solo pared o Kandinsky y quien sabe si algún impresionista más allá del hartazgo de tantas catedrales y nenúfares cuando la luz es mucho más que luz y apenas, que tal cosa es cuestión de especialistas y no viene al caso. También los relojes tienen algo que decir cuando la noche más que cernirse es ya noche cerrada, algo más que negrura pez sedienta de amaneceres que no tardarán en llegar mientras la tierra sea la tierra y gire. Ese y no otro es el secreto que los niños de párvulos aprenden con el abecedario e incluso antes los más curiosos o aventajados no avejentados. Los triángulos llegarán luego y la aritmética pondrá la primera piedra que hará crecer más adelante nuevos descartes que hayan dejado de pensar y caído en una inopia que para nada anunciaba su cogito. Misterios de la filosofía cuando las líneas rectas promocionaron a Euclides y luego pasa lo que pasa. Su cara sin embargo no es la misma demasiado hierática ni griega ni etrusca aunque siempre de perfil y eso es un dato. El resto es accesorio y no oculta nada verdaderamente relevante sus cajones se abren con facilidad pero su contenido es banal trivial y nada tienen que ver con lo incognoscible y si con la humildad de los calcetines y la ropa interior de segundo uso. Ni celosías ni entusiasmos propios de otras latitudes y ayuntamientos. Ediles siempre atentos a las necesidades de sus conciudadanos y de los mediodías cuando pasean son realmente ellos mismos y la banda municipal interpreta aires populares y quien sabe si Stravinsky se agitaría dentro de su tumba aunque el futuro parezca dichoso. Tardes de los domingos sin embargo cargadas de presagios, caducidad de los plátanos, los sauces y los álamos sin Federico (ja) a la orilla del río que inexplicablemente remonta hacia las montañas donde la tempestad estalla. Más tarde las truchas coleccionarán perlas e insectos incautamente y serán presas de desalmados incapaces de resolver de otra manera los misterios de la ictiología y sus prodigios. Dijo esto y regresó a un lugar hecho de nada consustancial consigo mismo, solo ajeno y por lo tanto diferente y por lo tanto muy alejado de la introspección y los camelos que se amontonan inmisericordes a poco que alguien les preste oídos. Baja el telón y los viandantes vuelven a creer que aún todo es posible pero lo cierto lo desgraciadamente cierto son el crepúsculo y acaso los amaneceres.

EMPERADORES



El veredicto desdice los supuestos o los confirma en una polémica que encuentra su mejor reflejo en la nube, ese lugar ignoto colmado de electromagnetismos en donde se esconden las mentiras. Y las certezas y las declaraciones de amor de quienes luego es posible que se pasen a cuchillo, pues las emociones auténticas duran lo que dura un suspiro. Pregúnteselo si no es de la opinión a los leones del Atlas dispuestos en el celo a devorar a los cachorros de quien dicen amar. Bendiciones de los emperadores cálices que otros trastocan por muchas etiopías y muchos negus que se yergan sobre la tierra feraz o el desierto e invadan las costas travestidos en piratas. Amores que jamás traicionará el impío por más que las blasfemias sellen la flor en su boca. Te amaré por encima de todas las cosas confesó la princesa traicionando así la raigambre de su estirpe y la mera enumeración de los delitos cometidos. Faraones que levantan pirámides y elevan a los dioses sus momias como exequias y homenaje a un pueblo que espera su redención inútilmente. Adalides hojas al viento que sopla al caer la tarde y prometen bajeles de plata por la madrugada cuando la mentira de la luz se haga presente y la gran explosión espere en vano el Apocalipsis que no llega. Porque los avatares se suceden sin importar donde ocurran. Necesidad de los mortales de pervivir y levantar templos donde los sacerdotes violen a las vestales y degüellen a los inocentes. Sangre derramada en vano con el alborozo de las generaciones que se suceden como copos de nieve granos de trigo campos de amapolas. Dioses antiguos incapaces de desdecirse y renunciar. Incapacidad de los camaleones para ser quienes realmente son abandonando definitivamente los espejos y aceptar que carmesí o cobalto pero no todos los colores del arco iris o las auroras boreales.
Sal y escribe finalmente lo que vieron tus ojos más allá de las constelaciones aunque quizás tengas que humillarte y describir con letra pequeña y apenas legible los pormenores de un hecho que para nada figurará en los anales que estudiarán los alumnos del bachillerato en sus resúmenes de fin de curso. Napoleones que a la postre encontrarán su waterloo y un exilio que como se dijo o estuvo a punto de decirse erigirá menhires evocando astronomías lejos aún de Copérnico, Galileo o Kepler. Pero transida de un amor por decirlo de alguna manera que establecerá la simiente que en su día dará lugar a los tribunales de justicia y a la biblioteca de Alejandría, quizás pero no Constantinopla.

sábado, 18 de febrero de 2017

ALQUITRANES



Las transacciones no se hacen de cualquier manera, no al menos en la opinión de los que se levantan, bajan y hablan la verdad aunque el cielo todavía se disfrace y los alcoholes  estén aún lejos si tal fuera el antojo nunca la obligación. Palabras dichas en vano en busca de un objetivo no siempre al alcance de otros interlocutores. Crece el contencioso como una pluma sin sentido que cae pero con el reconocimiento de los que un día si tal fuera el caso tendrían mucho que decir. Nada sin embargo definitivo el tema es libre y los periódicos siempre tienen las alas abiertas hasta que las tabletas tomen la delantera y llegue el enterrador siempre dispuesto desde que el mero hecho de vivir sucedió hace la friolera de tres mil millones de años. Porque ese es el sino de todos los nacidos todavía silencio aunque las palabras se agolpen en los vestíbulos y estén a punto de suceder siempre fallidas. Ignorancia de quienes confundieron a los hombres de bien, inutilidad de los parques que dirían don Julio levantando inútilmente y descorriendo las persianas, las cortinas. Sol a manos llenas si tal cosa es posible los fines de semana en el Ártico, la soledad de los narvales y los pingüinos siempre a punto pero no esta vez de pedir limosna. Certeza de otro día reinventado de un niño que pretende y llegará a ser a pesar de la indiferencia y los juegos de palabras. Pasos en la oscuridad, nieblas antiguas si la antigüedad es algo que merezca la pena y nos conduzca hasta el sabio de Viena y Alejandro sea ya un cadáver polvo de los caminos que nadie volverá a recorrer o lo harán ignorantes millones cada día. Porque el sentido es algo que confiere la memoria y la trivialidad va a misa o se sienta en las escaleras: hay opiniones para todos los gustos. Tú, sí, tú, ese que mira hacia otro lado y guarda silencio cuando  el plomo y quizás la amatista se invisten de hollín en pleno invierno. Tú, que traficas con esquinas y volteas la capa, el abrigo o lo que carajo utilices cuando cae la lluvia o el frío aprieta y apenas anochece. Está advertido por mi parte aunque te engañes y busques subterfugios. No los hay, no existen y solo tu cobardía y tu sistema cardiorrespiratorio pagarán las consecuencias. El engaño es una baraja a la que muchos juegan pero un día el alquitrán se alza o cae, en eso hay opiniones, y dice la última palabra. Ese es tu nombre verdadero aunque tú lo ignores.Tu nombre al que otros aludirán cuando se haga el resumen de lo acaecido y los notarios levanten acta. Se equivocan con frecuencia pero no esta vez cuando el silencio y las multitudes se arraciman a la puerta de tu hogar si lo mereces. Y eso es todo, que al menos tal cosa se haga evidente cuando baje el telón y los espectadores se adentren en la noche que no quisieron.

jueves, 16 de febrero de 2017

ALCATRACES



Se levanta sobre el cielo de Pontevedra una densa nube de óxido y mariscos hechos a la barbacoa. Festín de nécoras y percebes cerca del pantalán en la falda del monte que supervisa las embarcaciones y las despide. Anochecidas del héroe diminuto de ojos azules comidos por las mareas. Arriba y abajo hasta desembocar donde los nombres se arraciman en cardúmenes cerca de Ons o poco más allá, donde las olas pierden su sentido y nace la mar en femenino. Esa mar que violan las gaviotas y los pesqueros de madrugada en busca del coltán o el bacalao. O la sardina que luego fecundará los veraneos y nos contará la inutilidad de los arrecifes tan lejos ¡ay! de estas costas. Hablemos de Australia, lugares de Oceanía donde decir petreles no sea de recibo pero sí tiburones y peces espada fidedignamente y no hablamos de Almería. Barbacoas que distraen la soledad de los ribazos y se deslizan hasta la playa donde los jureles esperan con la paciencia de los que saben que morir es un hábito bienvenido en los cardúmenes una vez más.

Voces patrióticas o lo que por tal se entienda impetradas hacia las nubes, sombrero habitual en estas latitudes donde decir lluvia es un redundancia incluso un pleonasmo. Otras voces no obstante imploran en vano y solo llegan a los barquitos que se hacen a la mar o se harán de madrugada cuando la ría sea poco más que una lámina de estaño que nada quiere saber de las invitaciones, apta como es para el bronce al que da forma. Pero tu voz mi querido amigo no se perderá aunque clame inútilmente y los mendigos de la zona hagan oídos sordos a tu súplica. Tu solo te comerás el banquete que preparaste para los otros y la soledad  de los lánguidos será aún más cierta. Nunca debiste olvidar la batalla que te llevó hasta allí. Tejados de la maledicente uralita y de pizarra y de la teja roja habitual por estos lares con otras siderurgias que no son del lugar pero podrían serlo a poco que el tesón se hubiera manifestado y el hierro hubiera surgido de la tierra de piritas con el fervor que surge hacia Oriente. Triunfarás no lo dudes y tu voz apenas un susurro se alzará sobre los espejos como un alcotán o un albatros que traen la buena nueva del Jordán. Deslíe de tu memoria todos los almacenes que guardas como papiros, resmas de un mar antiguo donde los griegos y los persas, los romanos y cartagineses libaron sus batallas apenas nacido lo que en propiedad hoy llamamos Occidente. Muere finalmente si no tienes otra cosa que hacer quizás entonces los menesterosos y los propietarios de pazos y casa señoriales se dignarán en visitarte encontrando un festín apenas comenzado por falta de comensales y la humildad de una dentadura solo hecha para el condumio de camarones y langostas de campo.                                            

LAVAS




Transcurre la mañana si tal cosa es posible y las mañanas transcurren cargadas de melodías antiguas que ignoran a Siberia, pero quizás no tanto. Los martillazos y los golpes en general recuerden no lejos otros muros que desgraciadamente surgieron de la nada casi por encanto. Prisiones en las que el hielo poco tuvo que ver aunque la poesía esté cargada de metáforas porque el lirismo aherroja las cadenas. El mundo sucede alrededor de sí mismo y el mundo es creado y se autocrea por muchos génesis que insistamos tratando de dar al acontecimiento una historia cartesiana que en puridad es pura fantasía. Necesidad de las golondrinas y los vencejos, de otros soles, primaveras lejanas que pongan en marcha una relojería no apta para quienes se encierran en su cárcel privada y finalmente dicen basta pero no lo atestiguan mediante notario. La melodía se descuelga también en la mañana que se desarrolla como ya quedó dicho, o no, si es que la música tiene también esa extraña propiedad gravitatoria de caer desde algún cielo: Mussorgsky de alcohol y anfetaminas. Desesperación de no alcanzarse a sí mismo lejos de los juegos de palabras si es que tal cosa es posible y si mismo significa algo más que simplemente nada. Y esto es fundamental aunque no se entienda y los ferrocarriles discurran por la llanura con la indiferencia de los búfalos, ajenos a la depredación de los felinos. Los aviones en tal lugar tienen poco que decir y solo los aeróstatos y el espíritu del bosque podrían descender sobre los hombres de la tribu y las bicicletas que llegaron poco después de los caballos. Caballos, corceles, que dijo el poeta cursi pero no pedante (o viceversa) al norte de la península por más que el mar Cantábrico hiciera oídos sordos a tal fechoría, sumido en sus galernas.
Cielos de España y la península, urgidos por la periferia de las grandes ciudades, digamos Madrid, Barcelona y Valencia (¿quizás Lisboa?). Lluvia finísima o pan candeal que alimenta a los mansos de espíritu. Melodía ignota tantas veces repetida ad interim para que quien la escuche se haga el sordo y decida definitivamente atiborrarse de cocaína y opiáceos esta vez para que este mundo que se crea y se recrea llegue a ser lo que pudo ser cuando solo era una remota idea en la mente de los sacristanes y del sedicente Todopoderoso. Ese que esparce amor y lava a manos llenas, cuando vieron tus ojos y tus labios y supieron que eran lo único que existe en el corazón de las naciones