jueves, 25 de agosto de 2016

SABIDURIAS



Apenas le vio aquella tarde en un destartalado bar del puerto, tuvo la certeza de que se trataba de él. Era un hombre delgado y de modales exquisitos que no tenía nada que ver con el resto de los clientes, personas zafias, maleducadas y vociferantes que de ninguna manera podían tener las virtudes que se le suponen a un ser como el que buscaba desde que tenía uso de razón. O hablando con propiedad, desde que podía considerársele como un animal racional. Al cabo del rato se acercó a él con algo que podía llamarse unción, lo que al oto no pareció extrañarle en absoluto, aunque como cualquiera puede imaginar, no era aquel el lugar apropiado para tales maneras. Se arrodilló a sus plantas y le dijo “Señor, sabía que en algún momento te harías visible para mí. Ha sido una travesía larga y penosa, pero ha merecido la pena”. El desconocido no dijo nada y siguió bebiendo cerveza como si tal cosa. Ni siquiera le miró y tuvo claro entonces que aquel hombre, sin ser quien había supuesto, era de todas maneras un sabio, que aceptaba la locura de los demás con la misma sencillez con la que aceptaba la propia.

Al parecer se considera a sí mismo un hacedor de conceptos abstractos, un ser cuya única misión en el mundo consiste en la fabricación de ideas que no tengan nada que ver en absoluto con la realidad. Hasta tal punto esto es así, dice, que la mera enunciación de lo creado no puede ser hecha con los vocablos de cualquiera de las miles de lenguas que todavía se hablan  en las cuatro esquinas del globo (él suele llamarlo planeta, aficionado como es a la astronomía “y los espacios siderales”, como añade cuando está en racha) sino con otros de propia creación. Es por lo tanto un tipo complejo con el que más vale no tener ningún contencioso, pues posee además de la dicha, otras facultdes singulares como, por poner un ejemplo, su capacitad para encontrar, allá donde se encuentre una salamanquesa, lo que  un herpetólogo juraría imposible pues no todos son el hábitat adecuado. Claro que, para terminar, cabe añadir aquí que ese tipo no es de fiar en absoluto, y es más que posible que el concepto que tiene de sí mismo no sea el apropiado, con lo que lo dicho con anterioridad no serviría para nada. Eso que quede claro.

Los criterios por los que se guía en su vida personal, no tienen nada que ver con los que rigen en su quehacer profesional. Siendo un componente destacado de las Fuerzas Armadas de su país, varias veces condecorado en Etiopía y Afganistán por acciones heroicas que en el último momento salvaron la vida de muchos indígenas de ambos países (y de otros que se encontraban en el terreno por razones que no hacen al caso), su quehacer diario cuando no está de servicio en la metrópoli, dista mucho de tales consideraciones. En concreto, se puede afirmar que es de la opinión que lo propio del comportamiento de un homo sapiens, cuando no está sujeto a organizaciones estatales, debe atenerse exclusivamente a una orientación que tenga en cuenta de manera exclusiva la idea de la supervivencia de la especie. A pesar de ello, y del hecho de poder vérsele algunas tardes vestido de trapillo en el barrio chino rodeado de macarras y putas, es habitual verle armado de forma ostentosa, incluso con lanzallamas. Quiere con ello dejar suficientemente claro que, además a pesar de ser consecuente con lo expresado con anterioridad, es capaz de hacer una síntesis que no haga su existencia un infierno cargado de contradicciones.

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