lunes, 8 de febrero de 2016

INCIDENCIAS DÉCIMO QUINTA VELADA



Lo recuerdo perfectamente llegaste casi de noche y la verdad es que tu visita me sorprendió no solo por lo inapropiado de la hora sino por el tema que me expusiste. Es cierto que no tuviste ninguna culpa porque los ladrones entraron en mi domicilio por la terraza y no por la puerta y por lo tanto que tú tuvieras las llaves de la puerta de mi casa no era para nada relevante. Es cierto pero comprende que en mi denuncia a la policía tenía que hacer constar tal extremo. Eso no era denunciarte precisamente a ti sino hacer un relato adecuado de las circunstancias en que se encontraba mi domicilio en el momento del acaecimiento o suceso que también puede llamarse así aunque no hubiese ningún hecho luctuoso a Dios gracias. Que en función de lo expuesto irrumpiese en el interior sin yo autorizarte para ello fue no solo un allanamiento de morada sino incluso una agresión por lo que sucedió a continuación pues como recordarás aunque ya hayan pasado unos meses me diste un empellón me llamaste hijo de puta malnacido y me diste dos bofetadas. Te extralimitaste y hiciste que nuestra amistad cimentada laboriosamente a través de los años se fuera al garete adiós por lo tanto a los buenos momentos pasados en tan agradable compañía como era la tuya hasta entonces adiós también a los tragos moderados todo hay que decir de licor cerveza o puramente vino según el condumio la hora a la que nuestro ayuntamiento nos cogiera. No te lo voy a perdonar de la misma manera que tú no me perdonaste meterte por en medio en el relato fiel de lo sucedido cuando hacerlo según me dijeron en comisaría no tendría la menor importancia y por supuesto ninguna consecuencia. Que te hicieran luego presentarte en la misma y allí someterte a varias horas de interrogatorio  e incluso fueran a tu casa y pusieran todo patas arriba para ver si localizaban el ordenador que me fue sustraído algunas joyas y un buen fajo de dinero nada tiene que ver con mi buena voluntad sino con los engaños en todo caso a los que la policía fuerza en ocasiones a los buenos ciudadanos como el que esto suscribe y al parecer a otros como tú mismo. O posiblemente a un exceso de celo solo propio de los países autoritarios o los Estados Unidos de América del Norte que poco más o menos vienen a ser lo mismo si uno entra en le fondo de la cuestión pues quizás nunca te conté que en cierta ocasión que fui a Nueva York me detuvieron alegando que llevaba droga conmigo y me retuvieron varias horas en el aeropuerto Kennedy y me dieron una paliza tremenda que no mitigó el hecho de que más tarde se disculparán y reconocieran que mi alijo solo se trataba de polvos de talco que ellos tomaron por coca imagínate. Pero bueno que no quiero irme por los cerros de Úbeda que habrán hecho esos pobres infelices para ser tomados por unos garrulos y unos despistados. No te equivoques y pienses con este extravío final de mis entendederas que el tema contigo está finiquitado como te dije más arriba todo entre nosotros terminó por mucho que añore los buenos ratos contigo que solo me faltó que fueras una mujer para pasar a mayores. Hijo de puta tú también que conste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario