Lo recuerdo perfectamente llegaste casi de noche y
la verdad es que tu visita me sorprendió no solo por lo inapropiado de la hora
sino por el tema que me expusiste. Es cierto que no tuviste ninguna culpa
porque los ladrones entraron en mi domicilio por la terraza y no por la puerta
y por lo tanto que tú tuvieras las llaves de la puerta de mi casa no era para
nada relevante. Es cierto pero comprende que en mi denuncia a la policía tenía
que hacer constar tal extremo. Eso no era denunciarte precisamente a ti sino
hacer un relato adecuado de las circunstancias en que se encontraba mi
domicilio en el momento del acaecimiento o suceso que también puede llamarse
así aunque no hubiese ningún hecho luctuoso a Dios gracias. Que en función de
lo expuesto irrumpiese en el interior sin yo autorizarte para ello fue no solo
un allanamiento de morada sino incluso una agresión por lo que sucedió a
continuación pues como recordarás aunque ya hayan pasado unos meses me diste un
empellón me llamaste hijo de puta malnacido y me diste dos bofetadas. Te
extralimitaste y hiciste que nuestra amistad cimentada laboriosamente a través
de los años se fuera al garete adiós por lo tanto a los buenos momentos pasados
en tan agradable compañía como era la tuya hasta entonces adiós también a los
tragos moderados todo hay que decir de licor cerveza o puramente vino según el
condumio la hora a la que nuestro ayuntamiento nos cogiera. No te lo voy a
perdonar de la misma manera que tú no me perdonaste meterte por en medio en el
relato fiel de lo sucedido cuando hacerlo según me dijeron en comisaría no
tendría la menor importancia y por supuesto ninguna consecuencia. Que te
hicieran luego presentarte en la misma y allí someterte a varias horas de
interrogatorio e incluso fueran a tu
casa y pusieran todo patas arriba para ver si localizaban el ordenador que me
fue sustraído algunas joyas y un buen fajo de dinero nada tiene que ver con mi
buena voluntad sino con los engaños en todo caso a los que la policía fuerza en
ocasiones a los buenos ciudadanos como el que esto suscribe y al parecer a
otros como tú mismo. O posiblemente a un exceso de celo solo propio de los
países autoritarios o los Estados Unidos de América del Norte que poco más o
menos vienen a ser lo mismo si uno entra en le fondo de la cuestión pues quizás
nunca te conté que en cierta ocasión que fui a Nueva York me detuvieron
alegando que llevaba droga conmigo y me retuvieron varias horas en el
aeropuerto Kennedy y me dieron una paliza tremenda que no mitigó el hecho de
que más tarde se disculparán y reconocieran que mi alijo solo se trataba de
polvos de talco que ellos tomaron por coca imagínate. Pero bueno que no quiero
irme por los cerros de Úbeda que habrán hecho esos pobres infelices para ser tomados
por unos garrulos y unos despistados. No te equivoques y pienses con este
extravío final de mis entendederas que el tema contigo está finiquitado como te
dije más arriba todo entre nosotros terminó por mucho que añore los buenos
ratos contigo que solo me faltó que fueras una mujer para pasar a mayores. Hijo
de puta tú también que conste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario