lunes, 18 de diciembre de 2017

LA LANGOSTA




Hola, llego tarde…
Da igual. La hora era aproximada.
Ah, bueno… ¿hay langosta de segundo plato?
No, venía con los entremeses, pero ya no quedan.
Entonces me voy. Lo mío es la langosta.
Era la langosta, querrá decir.
Eso. Bueno, adiós
Por decir algo.


Hola, llego tarde…
Sí. Exactamente media hora.
El tráfico era tremendo.
Es una disculpa demasiado manida. E incluso de mal gusto si se considera la polución asfixiante.
¿Puedo sentarme?
Coja una banqueta. No quedan sillas.
Entonces pagaré menos: la comodidad cuesta.
Ya se verá porque aún queda la langosta, que es lo más caro.
En ese caso pagaré lo que haga falta. Mi alma incluida.


Hola, llego tarde…
Sí. Es una costumbre impropia de un verdadero caballero.
Nunca me tuve por tal. Y menos por caballo, claro está.
Un hombre lo que se dice corriente.
En efecto, pero no de la plebe.
Llover no llueve nada.
Lástima de paraguas. Sobra.
Lo traje por si las moscas.
Es una metáfora mal traída. Y langosta no queda.
Sin ella todo es inútil y abandono.


Hola, llego tarde…
Pida disculpas. Es lo menos.
Pido disculpas y beso las manos de las señoras.
Haga el favor de sentarse. Llega a los postres.
Pero puedo pronunciar el discurso de despedida, si lo tienen a bien.
Lo aceptamos siempre que haga alusión a su impuntualidad.
Disculpen mi falta de puntualidad. Siempre he sido un desastre para las citas protocolarias. España, sin embargo, es una gran nación y sin duda la más antigua de Europa. Y sus langostas las mejores. Y ni que decir tiene que todos le deseamos un brillante provenir Sr. Palazuelos.
Siéntese. Ya es suficiente. Su mensaje ha calado profundamente en todos nosotros. Ahora váyase a tomar por el culo como mínimo.
Muy agradecido en cualquier caso, aunque la langosta me ha sabido a poco.
 

Hola, llego tarde…
Mejor que no lo haga.
Imposible. Es una realidad: ya estoy aquí.
Pues intente disimular.
Pero no soy transparente.
Pues sería una oportunidad magnífica para ello.
Creo que lo he conseguido.
Efectivamente. Transparente no. Pero sí translúcido, que ya es algo.
Lucido también.
Eso es algo más complejo y requeriría un jurado.
Guarda.
Efectivamente. Y le advierto que se servirá buey de mar en lugar de langosta. A la larga resulta más sabrosa y hace las digestiones más llevaderas.
Es de agradecer aunque lo mío sea la langosta.


Hola, llego tarde…
…………………..
Llego tarde, insisto. Y me disculpo.
Disculpas aceptadas ¿Va usted a comer langosta?
Prefiero cigalas de tronco, si no es mucha molestia.
Bogavantes o carabineros: es la última opción.
¿O quizás gambas de Huelva?
Los cojones. Va usted a comer lo que haya. Incluidas las sobras. O con preferencia. Es el pago por su tardanza.
Aquí el que sobra soy yo y abandono.


Hola, llego tarde…
Se equivoca, en estos momentos procedíamos a tomar asiento.
Me puedo sentar, por lo tanto.
Proceda.
¿La langosta es gallega o subsahariana? Pregunto.
No ha lugar. Siguiente pregunta.
No tengo otras. Solo me interesa la langosta.
En ese caso, serán 200 euros. IVA aparte.
 

Hola, llego tarde…
Pero usted no estaba invitado.
Cuando se trata de langosta no respeto el protocolo.
En ese caso, sea usted bienvenido al club de los gorrones.
Pero me habían dicho que se trataba de langosta.
Nunca hay que descartar las aves.
En ese caso, bueno.

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