Hola, llego tarde…
Da igual. La hora era
aproximada.
Ah, bueno… ¿hay langosta
de segundo plato?
No, venía con los
entremeses, pero ya no quedan.
Entonces me voy. Lo mío
es la langosta.
Era la langosta, querrá
decir.
Eso. Bueno, adiós
Por decir algo.
Hola, llego tarde…
Sí. Exactamente media
hora.
El tráfico era tremendo.
Es una disculpa demasiado
manida. E incluso de mal gusto si se considera la polución asfixiante.
¿Puedo sentarme?
Coja una banqueta. No
quedan sillas.
Entonces pagaré menos: la
comodidad cuesta.
Ya se verá porque aún
queda la langosta, que es lo más caro.
En ese caso pagaré lo que
haga falta. Mi alma incluida.
Hola, llego tarde…
Sí. Es una costumbre
impropia de un verdadero caballero.
Nunca me tuve por tal. Y
menos por caballo, claro está.
Un hombre lo que se dice
corriente.
En efecto, pero no de la
plebe.
Llover no llueve nada.
Lástima de paraguas.
Sobra.
Lo traje por si las
moscas.
Es una metáfora mal
traída. Y langosta no queda.
Sin ella todo es inútil y
abandono.
Hola, llego tarde…
Pida disculpas. Es lo
menos.
Pido disculpas y beso las
manos de las señoras.
Haga el favor de
sentarse. Llega a los postres.
Pero puedo pronunciar el
discurso de despedida, si lo tienen a bien.
Lo aceptamos siempre que
haga alusión a su impuntualidad.
Disculpen mi falta de
puntualidad. Siempre he sido un desastre para las citas protocolarias. España,
sin embargo, es una gran nación y sin duda la más antigua de Europa. Y sus
langostas las mejores. Y ni que decir tiene que todos le deseamos un brillante
provenir Sr. Palazuelos.
Siéntese. Ya es
suficiente. Su mensaje ha calado profundamente en todos nosotros. Ahora váyase
a tomar por el culo como mínimo.
Muy agradecido en
cualquier caso, aunque la langosta me ha sabido a poco.
Hola, llego tarde…
Mejor que no lo haga.
Imposible. Es una
realidad: ya estoy aquí.
Pues intente disimular.
Pero no soy transparente.
Pues sería una
oportunidad magnífica para ello.
Creo que lo he
conseguido.
Efectivamente.
Transparente no. Pero sí translúcido, que ya es algo.
Lucido también.
Eso es algo más complejo
y requeriría un jurado.
Guarda.
Efectivamente. Y le
advierto que se servirá buey de mar en lugar de langosta. A la larga resulta
más sabrosa y hace las digestiones más llevaderas.
Es de agradecer aunque lo
mío sea la langosta.
Hola, llego tarde…
…………………..
Llego tarde, insisto. Y
me disculpo.
Disculpas aceptadas ¿Va
usted a comer langosta?
Prefiero cigalas de
tronco, si no es mucha molestia.
Bogavantes o carabineros:
es la última opción.
¿O quizás gambas de Huelva?
Los cojones. Va usted a
comer lo que haya. Incluidas las sobras. O con preferencia. Es el pago por su
tardanza.
Aquí el que sobra soy yo
y abandono.
Hola, llego tarde…
Se equivoca, en estos
momentos procedíamos a tomar asiento.
Me puedo sentar, por lo
tanto.
Proceda.
¿La langosta es gallega o
subsahariana? Pregunto.
No ha lugar. Siguiente
pregunta.
No tengo otras. Solo me
interesa la langosta.
En ese caso, serán 200
euros. IVA aparte.
Hola, llego tarde…
Pero usted no estaba
invitado.
Cuando se trata de
langosta no respeto el protocolo.
En ese caso, sea usted
bienvenido al club de los gorrones.
Pero me habían dicho que
se trataba de langosta.
Nunca hay que descartar
las aves.
En ese caso, bueno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario