lunes, 17 de septiembre de 2018

CÚRCUMA

Estimado Antonio

Quiero que a partir de este momento sepas que estoy totalmente a tu disposición o como diría un militar, a tus órdenes. Para lo que quieras, cualquier tipo de necesidad que tengas, incluso aunque solo sea para ocurrencias que otros pudieran juzgar como inapropiadas. Sin ir más lejos, a lo mejor te apetecería indicarme lo primero que se te pase por la cabeza, una necesidad de primera mano o una fruslería propia de una mulata brasileña, que aquí estoy yo para tu servicio. Mándame a por tabaco aunque no fumes, y ahí estará tu amigo poco después con una cajetilla de Marlboro o de Chesterfield, o de lo que cojones se fume hoy en día, que yo también  hace mucho tiempo que lo dejé y no estoy para humos en estos momentos.
    Te lo digo de verdad, aunque te vea con cara de sorpresa ante mi ofrecimiento, pero comprendo que en el mundo en hoy, preñado de indiferencia y falta de empatía, ofrecimientos como el mío se salen de lo corriente y pueden justificarlo. No te digo, Antonio, que me tomes por lo que no soy, que nos conocemos desde hace mucho tiempo. Por ponerte un par de ejemplos, no me digas que me afilie al partido comunista ni quieras tomarme como esclavo sexual, que yo soy un hombre muy hombre y no estoy para veleidades de género ni para travestismos, que este bigote que me caracteriza no me tocó en una tómbola, como bien sabes. Y si tienes algunos antojos pues después de la ducha te acercas a la sauna de aquí cerca, que creo que te dan unos masajes de cojones a base de aloe vera y aceite de cúrcuma. O al revés, no me hagas mucho caso.
      Por otro lado, insisto, siempre a tus órdenes, y no solo en el aspecto meramente práctico de lo que se te ofrezca, sino en toda la parafernalia metafórico/simbólica que las acompañe. Tú ordenas y yo te respondo con una reverencia o el consabido saludo militar, palma de la mano a la visera (de canto o de frente según el ejército con el que me identifiques). Antonio, mándame algo, cojones, que te limpie los zapatos, por ejemplo, que lo haré de mil amores, o que te escriba una versión nueva de El Quijote, nacido este en Viladecans, o unas apostillas a la “Crítica de la razón pura” de Kant o a la “Teoría de la Justicia” de John Rawls, tan de actualidad. Y deja ya de admitir en tu empresa esos oprobiosos panfletos y opúsculos que publicas de pobres desgraciados incapaces de hacer la o con un canuto. Por favor, deja ya salir al tirano que te habita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario