Como se puede fácilmente comprender el coronel, que desde ese momento fue llamado la coronela, no volvió a gozar de ningún permiso más, pues las metamorfosis habidas en su organismo ya eran suficientes y no admitían nuevos cambios, a no ser el de especie, algo imposible hasta esa fecha. Sí se notó sin embargo una transformación significativa en la conducta de sus superiores, los generales de división, de brigada y tenientes generales, que a partir de entonces pasaron diariamente por riguroso turno de antigüedad a ver a su subordinado por razones que no es necesario especificar, pues el lector o lectora de estas líneas las puede fácilmente imaginar. Quizá sí merecería la pena dar cuenta de los rituales que tenían lugar en el despacho del la coronela, que solían prolongarse entre la media hora y los tres cuartos. Pero no lo haré para no hacer demasiado prolijo el detalle de los acontecimientos, baste decir que todos los visitantes salían todos del mismo abrochándosela bragueta con una mano y con la otra limpiándose la boca con un pañuelo: blanco y en botella (además).
Meses después, por razones solo conocidas por el Ministro de Defensa, el Consejo Superior del Ejército y con casi total seguridad los movimientos feministas y LGTBIQ, se ascendió a la coronela directamente al grado de Tenienta Generala, con mando en el primer cuerpo del Ejército de Tierra. Cabe aquí hacer hincapié en que por esta época fueron abundante los cambios a travestidos y a señoras con todas las de la ley, de buena parte de la oficialidad de las Fuerzas Armadas, que reunidas en un congreso autorizado por el gobierno de la nación con dos objetivos a medio plazo. En primer lugar el asalto al Peñón de Gibraltar y en segundo el desembarco en Annual de dicho cuerpo de ejército apoyado por la totalidad de la Infantería de Marina, única manera de vengar el oprobio sufrido por nuestra nación cuando en 1921 fue humillantemente derrotado por las cábilas de Ab-del Krim. Se sabe que británicos y moros no podrán aguantar el empuje de tantos miles de chochos. Dicho sea esto con todos los respetos
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