K está de acuerdo con muchas cosas que oye a su
alrededor. Y lo está porque piensa que quienes las dicen tienen sus razones
para ello, aunque en la mayoría de las ocasiones si fuera él quien las dijera,
le parecerían auténticas locuras.
K no es el verdadero nombre de quien dice llamarse
así. De hecho, él nunca dijo como se llamaba, y desde que llegó, los demás
decidieron llamarle de esa manera, que él aceptó como si fuera una inscripción
en el registro civil, y no tuviera un nombre propio. Quizás en su país de
procedencia, por otro lado también desconocido, las personas no se llamen de
ninguna manera, y son reconocidas por alguna característica física especial, o
mediante una elipsis verbal que describa con cierta precisión una cualidad
notable. Pero quizás no absoluta, lo que puede dar lugar a equívocos que
podrían tenerles sin cuidado u originar conflictos nada deseables.
K pasea por la alameda muy circunspecto, y aunque
la gente con la que se cruza le saluda amablemente, él se mantiene impertérrito
sin darse por aludido, lo que ha originado que algunos le tilden de maleducado,
a lo que él en cierta ocasión objetó que si respondiera al saludo, dejaría de
llamarse como se llamaba. Y a eso no estaba dispuesto de ninguna de las
maneras. K siempre será K, afirma muy ufano.
K tiene un concepto bastante ajustado de sí mismo.
Esa es al menos su propia opinión y la de los psicólogos que lo han tratado
cuando ha tenido alguna duda. Ésta, además, solo ha consistido en llamarse K
en lugar de K, lo que no le hubiera importado demasiado. Otra cosa hubiera
sido llamarse K, de eso está seguro.
K pasa por momentos difíciles cuando alguien pone
en entredicho su pertenencia al género masculino. No debería ser así porque
tiene a diario la posibilidad de comprobarlo, pero ha de considerarse que tal
hecho tiene más que ver con una percepción psicológica que con la de su propio
cuerpo. La profusión de vello corporal, su voz grave de barítono, y la
indiscutible presencia de un pene y unos testículos voluminosos, no llegan a
disuadirle de ello.
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