SILENCIOS
Esa manía tuya de decir.
Ese delirio.
Boca no hecha
para la palabras
sin embargo.
Basta
porque no hay razones
para ellas
por lo tanto.
Solo tus labios
en el silencio.
Miradas:
con eso basta.
CIELOS
El cielo que yo invento
para ti.
Todo blancor en las tardes
de lluvia.
Y el cielo continúa.
Se reinventa y crece
ajeno.
Lágrimas que no son,
pero sí ojos.
AGONÍAS
Penetra el dolor
y permanece.
Pecho donde se alarga
la agonía.
Lo que fue
ya no importa.
Dolor que crece.
Enredaderas
trepando más allá
del olvido.
Voces, delirios.
Manos que ya
no buscan.
Palomas. Una plaza.
Una casa. Una escalera.
Y el viento:
brisa de todos los días
perecida.
EXISTENCIAS
Quien eres
no lo sabes.
Y el universo,
sin embargo,
espera.
Y las estrellas
y el teorema de Pitágoras
por mucho que te obstines
en negarlo.
Existes
y saltas a un abismo
no hecho para ti
cuando el horizonte se diluye
y nace.
Aves que ya regresan.
Primavera.
VUELOS
No vuela la paloma,
solo huye.
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