Hablaremos de todo lo divino y lo humano. Y de lo estrictamente alienígena llegado el caso.
No tener dientes no es señal de falta de apetito. Chupar los hace inútiles, y ese es tu caso en lo que a mí respecta hablando del tema que nos ocupa, y que no es cuestión de hacer público.
Su temperatura corporal apenas oscilaba entre los 36.5 grados Celsius y los x grados Farenheit Si murió de fiebre es sin duda por culpa de este último, salvan sean las equivalencias.
¿Quieres saber en realidad quién eres con tu escaso uno sesenta de estatura? Te lo diré de inmediato para que no te equivoques. De entrada olvida los espejos y no participes en formularios con la pretensión de hallar tu C.I. No se trata en absoluto de nada que tenga que ver contigo mismo, aunque mirar al horizonte y decir basta tampoco sería una solución acertada. Déjate estar, en eso puede consistir tu propio ser, aunque nunca se sabe.
¿De qué se trata entonces si afirmas con toda contundencia que el tema que nos ocupa no es lo que parece? ¿Debemos suponer antes de nada que lo primero sería la posibilidad de un hic et nunc que ni siquiera pueda definirse? Por mi parte, allá tú y tus latinajos, dicho sea esto con todos los respetos.
Escribía novelas de pequeño formato, ni siquiera nívolas unamunianas. Algo del estilo “Nació y tuvo una infancia feliz a pesar de la muerte prematura de sus progenitores y varios asesinatos no resueltos. Murió sin embargo en paz”. O también “Adoraba la alacena por razones que nunca supo explicar, no se trataba de ninguna manera, según propias manifestaciones, de su forma levemente alabeada ni la textura un tanto rugosa de su madera. Fue un misterio hasta el mismo día que la prendió fuego. O la tiró por el balcón, que la memoria es corta. Quizás se trata de ambas cosas consecutivamente”.
El ventilador ventila, qué duda cabe. Pero ventila poco, y esta capacidad mermada podría convertirlo además de un aparato vagamente eólico en función de la definición de la RAE. O quizás en un armatoste que para qué, según la mía. Quizás solo se trata del vago rumor de las olas rompiendo contra la playa. Cerca del mar no sería sorprendente
Adenda para groseros sin prejuicios.
La fuerza de la gravedad, sea esta lo que sea (la atracción de los cuerpos sólidos situados a cierta distancia o la estructura del espaciotiempo cuando un cuerpo pesado lo deforma), me importa tres cojones. Y hablando del escroto puedo manifestar que a mis setenta y pico años, debido a cualquiera de ambas posibilidades, hay días que me llega prácticamente hasta las rodillas. Y no digo nada si estoy muy relajado: digo a media pantorrilla y me quedo corto.
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