lunes, 9 de octubre de 2017

DECANTACIONES



Quien eres tú si no eres Lisboa. Tal es el caso.

Tu presencia se diluye: los hospitales existen.

Un inconmensurable amor. He ahí lo no manifestado.

Esto sí, pero todo lo demás tampoco.

El análisis precede a la síntesis quien sabe.

Amanece pero los árboles, sin embargo, fuera.

La virtud prevalece ante el pecado y viceversa.

Comprender en un segundo la aniquilación no fue un dilema.

El azul, el azul. El mar no siempre es verde.

Las siete en punto de la mañana. La noche existe, no obstante.

La posibilidad es otra. Las enredaderas trepan.

Cae la lluvia mansamente sobre el Peloponeso al fin.

No todos los hospicios albergan el furor.

El pelo y la piel, pero también las estructuras.

La puñalada: ahíto mi corazón de tu acero.

El inveterado afán de coherencia proboscidia.

Los taxis son automóviles y viceversa en absoluto.

La voluptuosidad de los gerundios me interfiere.

El desmedido frenesí de los procesos aleatorios no caóticos.

Los tornillos, las tuercas, los alicates. Las tenazas aparte.

Volverán las oscuras golondrinas. Los ánades son otra cosa, pero vuelan.

Habla un destilado de idiomas extinguidos: tal es su drama.

Todo llega y todo pasa, pero tú te quedaste, Manuel.

La amistad, esa rara característica de algunos invertebrados.